martes, 24 de junio de 2008

24 de junio. El día en que la Policía Municipal cambia la calle por la misa.

Perro con chaleco antibala.

Hoy, día de San Juan Bautista, más de un tercio de los agentes municipales abandonarán las calles madrileñas para recogerse devotamente en torno a su patrón en un acto religioso en La Almudena. El servicio de estos funcionarios estará formado, según la orden del Cuerpo, por un inspector, dos subinspectores, 16 oficiales, nueve suboficiales, 27 sargentos, 38 cabos y 56 policías que, ese día, en memoria y honra de su patrón, se verán obligados a olvidarse de vigilar el orden ciudadano, dedicándolo a loar a su patrón quien, desde el cielo, vela por sus almas. Por de pronto, toda la zona de la Catedral sufrirá restricciones de tráfico, al quedar aparcados los vehículos de los agentes y mandos mientras los oficiales, subinspectores y el inspector estarán obligados a acudir a misa con el traje de media gala y el resto de la tropa, con uniforme habitual.

El portavoz de la Concejalía de Seguridad asegura que la orden es la misma que todos los años y que la asistencia al oficio religioso es voluntaria. “Además –asegura–, está garantizada la seguridad de los madrileños porque el resto de policías está en la calle prestando servicio". Por su parte, Ruiz Gallardón sigue convencido de que Madrid es una de las ciudades más seguras de Europa, lo que hay que agradecer al santo patrón. Pero, por muy solemne que sea el acto religioso en el que mandos y tropa se entregan a su patrón, el desorden y las infracciones urbanísticas no cesarán ni siquiera durante este día. De hecho, Roberto Gómez, representante del sindicato CCOO en el Ayuntamiento, no ha dejado de criticar dicha orden, al ser día hábil y no disponer de más de un tercio de la plantilla para los servicios habituales “Encima de que hay pocos policías en las calles –advierte Gómez– son capaces de hacer la barbaridad de que 150 policías se pasen toda la mañana en misa”. Y, naturalmente, ni rezando ni reuniéndose con su patrón, los servicios ciudadanos van a mejorar. A no ser que el mismo San Juan regrese a este mundo vestido de policía y esté dispuesto de verdad a convertir el Cuerpo en “un organismo ágil, flexible, profesional y cercano, capaz de cubrir la prevención y dispuesto a cambiarlo todo”, como en alguna ocasión dijo el alcalde para quedar bien. Aunque ni por esas. Porque, según el refrán, aunque la mona se vista de sea, mona se queda.

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