jueves, 30 de octubre de 2008

30 de octubre. Un juicio en la Audiencia Nacional con cierto cachondeo.

Juicio por quemar al Rey.

Los acusados tuvieron que ponerse la camiseta al revés para no ser expulsados de la sala.

Dieciséis jóvenes catalanes fueron ayer juzgados en la Audiencia Nacional. ¿Su supuesto delito? Haber quemado públicamente fotografías del Rey en una manifestación. Sucedió el 22 de septiembre del 2007, en Gerona. Todos ellos lucían camisetas color negro con un lema impreso en rojo: “Jo també cremo la corona” (“Yo también quemo la Corona”). Antes de comenzar la vista, el juez, José María Vázquez Honrubia, interpretó la prenda como un desafío y pidió a los acusados que no la exhibieran delante de él. “De lo contrario –dijo– me veré obligado a expulsarles de la sala”. Para evitar la expulsión, los acusados optaron por dar la vuelta a sus camisetas, y, aunque el lema quedaba aún visible en sus espaldas, el juez ya no podía leerlo.

Vázquez Honrubia –recuérdese que, en el juicio contra Enric Stern y Jaume Roura por idéntico caso, impidió a los acusados expresarse en catalán–, hizo en esta ocasión ciertas alusiones al uso de esta lengua. “Hable usted –le dijo a Mustafá Shaimi– en lo que le resulte más fácil. Y si quiere un traductor marroquí, yo se lo pongo”. Poco después, y, a preguntas de su abogado, Benet Salellas, Shaimi contestaba en castellano en lugar de catalán. El juez le advirtió que estaba hablando en castellano “sin querer” y Mustafá se excusó: “No, es que me ha salido”. “Ya –comentó el juez socarronamente–, es que es usted bilingüe. Eso es fantástico”. Sus comentarios y respuestas de los acusados se repitieron en varios momentos de la vista. Hasta que el juez llegó a decir: “Me gusta que, en mis juicios, la gente se lo pase bien, pero no tanto”. Y amenazó con desalojar la sala “en caso de continuar el jolgorio”.

El fiscal, quien pedía una multa de 3.600 euros, modificó su acusación, considerando que los hechos eran constitutivos de una falta de desórdenes públicos en lugar de un delito contra la Corona. En la lectura de su informe, expuso que los acusados se concentraron convocados por la asociación “Alerta Solidaria” en la plaza del Vi de Girona y “quemaron recortes de periódico” con imágenes de los Reyes, “creando una alteración en el orden” público. Los propios acusados reconocieron que quemaron las fotos por su rechazo a una “institución antidemocrática” y por “solidaridad” con Jaume Roura y Enric Stern, independistas catalanes que el 13 de septiembre del 2007 quemaron fotos de los monarcas durante una visita real a Gerona y fueron condenados a 15 meses de cárcel o a una multa de 2.700 euros.

Al final, el juez explicó que les absolvía por resultar “incomprensible” que el fiscal que, en un principio les acusaba de un delito de injurias a la Corona, modificara su petición y considerara que los hechos eran constitutivos de una “mera” falta de alteración del orden público. “La Audiencia Nacional no es competente para condenar faltas, sólo delitos –le reprochó el magistrado–. El delito de injurias o es un delito o no es nada”. El fallo fue recibido con un sonoro aplauso por todos los acusados presentes en la Sala.

Por cierto, ¿recuerdan el monólogo de Buenafuente en la Sexta por quemar la foto del Rey? Se vio y oyó el 2 de octubre del 2007.

4 comentarios:

Antonio Tello dijo...

Querido Santiago, el nacionalismo fundamentalista (bueno, creo que todo nacionalismo lo es) está íntimamente vinculado a la estupidez. Todo ciudadano tiene derecho a pensar y a expresar su ideas, pero no a faltar el respeto a las instituciones del Estado, cuando éste es democrático. El comportamiento frívolo de estos jóvenes ¿nacionalistas? en el juicio es indicativo de la solidez democrática del sistema, que se permite valorar y poner en evidencia en su justa medida la estulticia de unos desgraciados. La defensa de nuestras ideas ha de ser responsable siempre, porque de lo contrario se empieza quemando fotos y se acaba quemando mendigos, porque en el origen no hay ideas sino estupidez.

Anónimo dijo...

Apreciado Antonio: No es que ponga en duda la validez de tus comentarios, pero sí debo hacer hincapié en la intención general del título de esta historia. Se trataba de narrar un juicio con no pocos matices de guasa, en el que la burla y broma de unos y de otros estuvo a flor de piel. Yo no sé si lo conseguí, pero eso era mi intención, dejando aparte la defensa de unos principios y las ideas de unos y de otros.

Santiago Miró

Anónimo dijo...

Recientemente -en Marruecos- un joven cuyo nombre no recuerdo, dejo escrito en la pizarra de su clase "Dios Patria y BarÇa." El profesor, tras ver el enunciado denunció a las autoridades al autor de esa pintada, un joven de 18 años que ya lleva más de un mes en la carcel entre otros presos comunes.Sospecho que si hubiera sustituido a Dios por el BarÇa el resultado o las consecuencias serían las mismas. Ni que decir ahora como pueda ser una prisión en ese pais. Los chicos de Girona rien. Bendita alegría. chiflos

Mario Benedetti - Joan Manuel Serrat)

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un atributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también, también de la alegría.

Antonio Tello dijo...

Querido Santiago, quizás fui yo quien no se expresó lo bien que hubiese querido. Tu intención es meridianamente clara e incuestionable. Precisamente por ser posible la bendita risa en este país, como bien apunta Chiflos, resulta más patética la acción de los energúmenos procesados.