domingo, 6 de septiembre de 2009

Un republicano en la Zarzuela. Cayo Lara explica al Rey sus planes para llegar a la tercera República.


Juan Carlos, relajado junto a Francina Armengol, presidenta del Parlamento balear.


Días antes de recibir a Cayo Lara, coordinador general de IU, formación política que no oculta su predilección por la IIIª República española, el Rey estrenaba un nuevo “look”. Su imagen hacía pensar menos en la aristocracia que representaba que en su aspecto de hombre de pueblo. En Palma de Mallorca, ciudad que acoge a monárquicos y gente de la Corte, terminaba su periodo estival pese a las últimas demostraciones de Eta, que, un mes antes, había explotado varias bombas no lejos de Marivent. Lo que no intimidó al Rey, quien continuó todo el mes de agosto, rodeado, eso sí, de la más espectacular vigilancia policial. Lo que no fue óbice para que se dejase fotografiar con su vistosa barba veraniega, bronceado y con su aspecto relajado. Había participado, como cada año, en las regatas de vela y entregado los premios del XXV Trofeo Almirante Conde de Barcelona, su padre, ante la presencia de armadores, patrones, tripulantes y algunas de las personalidades más representativas de las islas. Y el viernes, 28 de agosto, se despedía, junto con su hijo, el príncipe Felipe, igualmente con barba de varios días, de las autoridades mallorquinas en una cena servida en el Palacio de la Almudaina a la que asistieron diversas personalidades políticas. La presidenta del Consell, Francina Armengol, agradeció al Rey su presencia en la isla durante el verano “como la mejor prueba de normalidad”. “Agradezco a la Familia Real –dijo– el apoyo y la solidaridad que nos han prestado este verano, que no ha sido fácil para ninguno de nosotros”. La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, agradeció al Monarca que la Familia Real no modificara su agenda “en unos momentos tan difíciles, lo que contribuyó a plantar cara a los terroristas”. Y la presidenta del Parlamento, Antonia Munar elogió la “sensación de normalidad, de tranquilidad y de seguridad” que han transmitido los Reyes durante su estancia en Mallorca… Luego, todos ellos participaron en el ágape como si celebraran algún acontecimiento…


El Rey y el Príncipe posaron con sus respectivas barbas ante las miradas de la Reina y la Princesa.


La prensa desvelaba el menú de aquella cena: gazpacho de tomates de ramillete con gambas de Sóller, una crema fría de tomate con albahaca y queso, suprema de denton con verduras de temporada, coca de albaricoques con mermelada de frambuesas y texturas de chocolate con salsa de vainilla, platos regados con vino blanco de Mallorca, tinto de La Rioja y vino dulce mallorquín. Un delicioso manjar en un paraje evocador que nada tenía que ver con la situación del isleño medio y menos con la de los que sufren el paro.


Dos días más tarde, en Madrid, Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, acudía al Palacio de la Zarzuela para exponer al Rey las propuestas de su formación para luchar contra la crisis, frente a las medidas “desacertadas” del Gobierno. Lara explicó “detalladamente” a Don Juan Carlos “los planes de IU para alcanzar la llegada de la IIIª República”. Era lunes y último día de agosto. Vestía traje oscuro pero sin corbata, con la bandera republicana en una insignia prendida en la solapa y, bajo el brazo, una carpeta roja con el logotipo de IU y el lema “Únete a la izquierda”. El Rey, por su parte, llevaba una corbata roja, la misma que Lara había rechazado para la ocasión, y la barba que ya empezó a lucir en Mallorca. “Una corbata de rojo vivo –advierte Alfonso Ussía en La Razón– regalo visual al visitante, como las que se ponen Emilio Botín, sus consejeros y directores para dar una imagen corporativa”. Ambos, el Rey y el coordinador de IU, posaron sonrientes para los medios gráficos, antes de pasar al despacho del Monarca en donde permanecerían durante una hora.


Lara le informó de que el “objetivo prioritario” de Izquierda Unida era elaborar “propuestas reales” (que hace referencia a la realidad y no a la realeza) para luchar contra la crisis económica y le resumió las iniciativas presentadas, una vez que las medidas adoptadas por el Gobierno “se han demostrado inadecuadas e insuficientes”. El encuentro fue calificado de “cordial y sincero”. Lara trasladó al Rey “lo más detalladamente posible” el trabajo de IU en favor de un Estado “federal, solidario y republicano”, así como “los planes para alcanzar la llegada de la III República”. Explicó a Don Juan Carlos que, en su opinión, el actual sistema electoral era “anacrónico” y que “no cumple con las mínimas exigencias de proporcionalidad y representatividad”. Y criticó ante el Monarca la labor del PP como principal partido de la oposición, porque, a su juicio, “está más interesado en confrontar con determinadas instituciones y el Gobierno que en aportar soluciones reales a los problemas de los ciudadanos”. El Rey le escuchó con atención y curiosidad.


“El rey ha tenido información de primera mano de lo que es nuestro trabajo por un Estado federal, solidario y republicano –explicó Lara a la prensa tras el encuentro–, y nuestra labor para alcanzar la llegada de la III República”. Pero no se atrevió a exigirle directamente su jubilación, tal y como la había solicitado en varias ocasiones, ni le trasladó las acusaciones de su colega de federación, el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, multado por llamar “corrupto” e “hijo de crápula” al monarca. Como líder de IU invitado de Juan Carlos I, Lara supo mantener las formas pese a su profunda oposición a la monarquía parlamentaria.


Pero ¿quién era ese personaje político, invitado por el propio Rey en la Zarzuela? Cayo Lara nació en 1952 en Argamasilla de Alba (Ciudad Real), en donde fue alcalde entre 1987 y 1999. Lo primero que hizo, según Jesús Rocamora, fue cargarse la plaza de toros del pueblo para convertirla en auditorio, eliminar la tradicional fila que se reserva a las autoridades en los actos públicos y acabar con la costumbre de que todo el que visitaba al alcalde debía descubrirse, quitarse el sombrero como respeto. Para Lara era “un gesto de sumisión”, como la reverencia a los reyes. Recuerda la escuela franquista como un lavado de cerebro del que no pudo despertar hasta los 20 años, basado en que “la letra con sangre entra”. Creció con una idea clara de quiénes eran los buenos y quiénes los malos. A los 13 años dejó de estudiar y se puso a trabajar con su padre, que se dedicaba al transporte de legumbres. “Me dio libertad y autonomía. Desde los 15, controlaba las cuentas familiares y gestionaba los recursos de casa, la contabilidad”. Quería hacerse economista. Pero no pudo ser. “En aquella España militarizada y super-confesional, era en la mili donde nos caíamos del caballo. Había que comparar la idea idílica que nos habían vendido y las cabronadas y cutrerías que hacían a los reclutas para salvar a la patria”.

Terminada la mili, a los 21 ó 22, se dio perfecta cuenta de que había una cosa llamada “izquierda” y otra llamada “derecha”. Pero no todo fue para él compromiso y seriedad. Con tres amigos, montó “Barrabás” la primera discoteca del pueblo. “Entonces, las chicas iban con las minifaldas en los bolsos porque sus padres no las dejaban salir con ellas. Tenían que ponerse una falda larga y cambiarse en la discoteca”. Lara es, además, cazador. Incluso coincidió en un campeonato con el mismísimo Juan Carlos, cuando era príncipe. Hoy sigue cazando, algo que no cree exclusivo de derechas o de izquierdas. “La caza forma parte de mi cultura y de la cultura de caza de mi familia. No tiene nada que ver con la otra caza, la de Garzón y el ministro, que es la de los ricos, de señoritos. En Argamasilla se practicaba la caza de los pobres, del pueblo, de la gente sencilla”. Hoy, Lara tiene 56 años y dos hijos. El mayor de sus vástagos nació un 23-F, y el perro, un boxer llamado Thor, el día de la República. Le gusta estar en casa, ver buen cine, especialmente español, y echar en su pueblo su semanal partiditas de tute, en las que se juega el café. Ex jugador de tenis y fútbol, ahora se dedica a “leer y empollar”. Cocina en casa, le gusta la fotografía, y no puede vivir sin el ordenador.


Cayo Lara, jugando las cartas en su pueblo.


Seis meses después de su elección como coordinador general de Izquierda Unida, Zapatero aún no le conoce. El 20 de abril, otro lunes, Cayo Lara se presenta en la Moncloa. Por lo visto, Zapatero sólo se acordaba de Santa Bárbara cuando tronaba. “Cayo Lara acude a Moncloa –decía el semanario “El Jueves”– a echar una mano, aún no se sabe dónde. Zapatero se protegerá los huevos a la manera que hacen los futbolistas cuando forman la barrera ante el saque de una falta”. Lara presenta propuestas de su coalición para combatir la crisis, incentivar la economía y generar empleo. Zapatero le comenta que las estudiará.


Lara, en la Moncloa.


Diez semanas más tarde, contestando a los lectores de “Público”, Cayo Lara dice lo que piensa sobre estos y otros temas. “Sobre monarquía o república, considero que debemos dar más información a la ciudadanía y sobre todo explicar todo lo que la gente debería saber sobre la casa real y no conoce, para que la ciudadanía sea plenamente informada sobre un hipotético referéndum”. Según él, la monarquía se acabará algún día, sencillamente por una cuestión de principios democráticos y de sentido común. Frente a quienes dicen que “todos son iguales”, Cayo lo niega. “Hay políticos corruptos que donde tienen que estar, una vez que sean juzgados y condenados por la Justicia, es en la cárcel. Pero no se pueden eternizar los casos de corrupción ni se debe votar a políticos corruptos”. Álvaro García le pregunta: “Si IU ganara las elecciones ¿Qué haría con la familia real?” Cayo repite que el Rey tenía que estar jubilado. “El resto de la familia en edad laboral, que tenga un curre, como cualquier hijo de vecino. Y los niños, a la escuela pública”. Daniel Pérez le pide: “¿No se acobardarían ustedes con las sotanas si gobernaran, como hace el PSOE y como puede pasar ahora con el aborto?”. Lara responde que, con la Constitución actual, los símbolos religiosos no deberían estar en las escuelas. “Las escuelas están para aprender y las iglesias para rezar por respeto a los propios creyentes. El PSOE ha cedido de forma escandalosa a las presiones de la jerarquía religiosa. IU aplicaría la aconfesionalidad del Estado que dice la Constitución y la laicidad de la vida pública”.

Cayo Lara, contestando a los lectores de “Público” el pasado 1 de julio.

El 3 de septiembre, en su intervención en los “Desayunos” de TVE, Lara habla sobre su visita a la Zarzuela y su encuentro con el Rey, y asegura no estar rompiendo ninguna norma al dar a conocer el contenido de su conversación. “Entra –dice, convencido– dentro de la normalidad. El jefe del Estado nos invitó para conocernos, para hablar de los problemas de los trabajadores, de la crisis, de la banca, y sobretodo de la actitud del Gobierno que no está tratando bien la crisis y de la actitud del PP”. Lara le transmite la posibilidad de modificar la Constitución y de realizar un referéndum para que el pueblo elija a su jefe de Estado. “Él me dijo –confiesa Lara– que comprendía perfectamente la posición que defendíamos, lo que no le hizo cambiar su concepción monárquica, como él tampoco cambió la mía republicana. Yo quiero que mis hijos puedan elegir a su jefe de Estado”. Lara explica que no le regaló el pin de la República que portaba pero “que si me lo hubiera pedido, se lo hubiera regalado. ¿Sabéis cuanta gente agradece que un pin republicano haya estado en la Zarzuela?”.

Pin republicano.


Cayo Lara no sólo se atreve a opinar sobre el futuro laboral del jefe de Estado sino que también lo hace sobre el de toda su familia. El rey –según Cayo Lara– se tendría que haber jubilado ya, porque tiene más de 70 años. Respecto a los hijos y demás parientes de Juan Carlos en edad laboral, el líder de IU apunta: “Que tengan curre como cualquier hijo de vecino, y los niños que vayan a la escuela pública”. El coordinador general de IU es optimista al respecto, ya que considera que “la monarquía se acabará algún día, sencillamente, por una cuestión de principios democráticos y de sentido común”. Es de los que piensan que la Casa Real ha sido durante los últimos años una “especie de paraíso fiscal opaco”, y critica que en torno a ella haya una “ausencia de transparencia absoluta”, algo que es “negativo” en tiempos de crisis económica como el actual.

Su encuentro con el jefe de Estado ha copado durante estos días las preguntas de las periodistas, aunque ha querido centrar su intervención en otro asunto: la crisis y las medidas anticrisis del presidente Zapatero. “Agosto ha sido un mes de mucho ruido y pocas nueces. El Gobierno no acierta con sus medidas y el PP está en el monte” dice Lara, quien considera el subsidio de 420 euros a desempleados sin ingresos una medida “injusta, equivocada y arbitraria”. No sólo pide que el subsidio se le dé a todos los desempleados que están en esa situación, sin límite de fecha, sino que propone una alternativa a su juicio mucho mejor y que ya formaba parte del plan de empleo de IU: crear puestos de trabajo para parados que cobrarían 700 euros mensuales por cinco horas de trabajo y dos de formación diarias. “Nosotros –ha advertido– no queremos caridad”. También defiende una subida de impuestos a las rentas más altas, porque “no es posible superar la crisis sin ingresos”. Y acusa a Zapatero de dedicar su primera legislatura a hacer “regalos fiscales” como el cheque de 400 euros que “no ha tenido repercusión en un aumento del consumo ni en una mejora de la economía”. “Hay que enfrentarse –repite– con el poder económico, y a este Gobierno le tiemblan las piernas”.


Pero ya está bien de palabras, que hoy es domingo. Así que proponemos una serie de imágenes que puede que les hagan sonreír a más de uno. ¿Qué más podemos esperar de esta semana?


Manel Fontdevila: El problema de los escuchas y A su manera.



“Menuda leche u bofetada ha recibido don Albertomosis I en plena cara. El Náufrago –escribe Douce desde su Rincón– lo siente por Madrid, no tanto por D. Alberto, que va un poco de ‘sobrado’. Habrá que esperar al veredicto final, pero quedar los últimos en el informe CIO entre las cuatro sedes finalistas, no es buen augurio. ¡Ojalá remonte en el sprint final! Si no es por D. Alberto, que sea por lo menos por los ‘galardones’ y medallas y preseas que merecen sus ciudadanos y el país. Así lo han visto los humoristas: sobran más palabras”.

Amorín, humorista brasileño, nos muestra: Condones, El cielo se cerró y Burterfly.



Kap dibuja las elecciones en Afganistán y la máquina de coser del presidente Zapatero.




Territorio Vergara: Arreglando Afganistán y Las vacaciones de Esperanza Aguirre.



Pepe Roig, nos presenta sus impuestos dispuestos, sin hielo, las delincuencias de clases y la acción reacción.





Terminamos este dominical con cuatro vídeos. El primero, un poco antiguo (data del 7 de diciembre del 2007) del programa televisivo “Polonia”, en el que Marchalar exigía Mallorca a la familia real.


En el segundo no se sabe exactamente si la fantasía supera a la realidad o si la realidad supera a la fantasía. Sea lo que sea, están más que claros los objetivos de dicho vídeo. Más aún, cuando lo único real en el mundo de los sueños, es un banco, que aparece con su nombre. Es la dura realidad a la que el dinero nos somete y frente a la que sólo nos queda un grito de protesta: ¡Despertemos de nuestro sueño y aplastemos la dura y desvergonzada realidad de ese mundo basado en el dinero! Hace unos días, Bank of America no quiso abonar un cheque a Steve Valdez, un hombre sin brazos, porque no pudo aportar una huella dactilar. Un supervisor le explicó que sólo podía obtener el dinero del cheque sin huellas en caso de llevar a su mujer consigo o abriendo una cuenta en el banco. Valdez le contestó que ni quería una cuenta con ellos ni podía traer con él a su mujer porque no estaba cerca. El tratamiento recibido viola la Ley de Americanos con Discapacidad, que obliga a las instituciones a ofrecer opciones para las personas discapacitadas.


Escuchemos en el tercer vídeo un dúo formado por el trompetista Louis Armstrongs y el actor, cantante, bailarín y cómico estadounidense, Danny Kaye, de inmensa popularidad en las décadas de 1940, 1950 y 1960. Se trata de uno de los artistas más polifacéticos de su época, quien destacara también por su labor humanitaria como embajador de la UNICEF, mereciendo la Medalla Presidencial (el más alto honor civil de Estados Unidos), dos Oscars de la Academia y la Legión de Honor del gobierno francés por su contribución artística y a la humanidad.

Por último, recordamos un funeral destornillante de risas. Fue el 4 de enero de 1989, cuando moría Graham Chapman, personaje con gran sentido del humor. Miembro del grupo humorístico Monty Python, Chapman había nacido cuarenta y ocho años antes, en Leicester. Su madre era una policía y él abandonó sus estudios de medicina en la Universidad de Cambridge. Conocido por protagonizar a personajes autoritarios, como el coronel famoso que interrumpía los sketches, realizó, entre otros muchos papeles, el de Brian en “La vida de Brian”, y “Los caballeros de la mesa cuadrada”. Con el tiempo, el alcoholismo perturbó su desempeño como actor. Como parte de la elegía de su funeral, Eric Idle cantó un fragmento de “Always Look On The Bright Side Of Life”, canción compuesta por él mismo. El mensaje de dicha canción es muy apropiado dado el optimismo, gran sentido del humor y generosidad de Graham Chapman.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No imagino al entrenador de un equipo de futbol explicando los planes, el sistema y la forma de jugar de su equipo al presidente del club contrario previa la celebración del partido. Tenemos a otra victima abducida por el paisanaje y la campechanía de J.C.I. Detrás de su culo ya está todo el CNI y los de la casa real, y estos no se andan con chiquitas. Será bobo...

chiflos.