viernes, 16 de abril de 2010

"No llores por mí, Patagonia".



Protesta no al carbón en Patagonia.
Coincidiendo con la visita oficial de la presidenta Cristina Fernández a los Estados Unidos, Greenpeace Argentina reprochaba el lunes pasado, en una página del diario “The Washington Post”, el proyecto de construcción de una fábrica de carbón en la Patagonia. El reportaje, titulado “Don´t cry for me, Patagonia”, censuraba la decisión del Gobierno argentino de construir una planta de carbón en la localidad de Río Turbio, Santa Cruz. “Se trata –decía Juan Carlos Villalonga, director de Campaña de Greenpeace– del primer paso en un plan para comenzar a utilizar, a gran escala, el carbón como fuente de energía”.
“Una mujer con visión a largo plazo –explicaba Eugenia Testa, directora Política de Greenpeace Argentina– no pondría en riesgo los glaciares y las reservas de agua de la Argentina. El Gobierno está apostando por el carbón como fuente de energía, la peor contribución a la mitigación del cambio climático”. Y añadía: “Argentina debe tener una actitud responsable en materia de cambio climático, tanto en sus decisiones domésticas, como en su reclamo a los países industrializados para que asuman sus responsabilidades”. Greenpeace advertía a la Presidenta que su Administración, “invirtiendo en empleos vedes y promoviendo la energía eólica en la Patagonia, tiene la oportunidad de generar un suministro eléctrico limpio, eficiente, moderno y descentralizado”.

La organización ecologista y pacifista internacional denunciaba recientemente que el Gobierno argentino ha realizado pagos por 142 millones de dólares a la empresa española Isolux Corsán, constructora de la central de Río Turbio, un año antes de la presentación del estudio de impacto ambiental de la obra. Juan Carlos Villalonga comenta: “Seguimos esperando las explicaciones del Gobierno Nacional y de Isolux. También nos gustaría ver a los funcionarios provinciales, que estos días se han enojado mucho con Greenpeace, poner la misma energía en exigir a Isolux una explicación sobre los pagarés y el estudio de impacto ambiental”. Y agregaba que “comenzar a utilizar carbón como fuente de energía a gran escala en la Argentina es una total irracionalidad ambiental y económica que debemos evitar. “Argentina –concluía Villalonga– tiene muchas y mejores opciones para desarrollar en materia energética”.

Patagonia

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