domingo, 16 de mayo de 2010

Las "gestas" de Camps, tijerazos, pronunciamientos y derrotas.



Como el Cid Campeador, Francisco Camps se dispone a ganar una batalla después de muerto.

Mariano Rajoy le debe mucho a Francisco Camps. Hasta el momento, el presidente del PP ha apoyado públicamente al presidente de la Generalitat Valenciana. Y, pese a sus actuaciones histriónicas, hace unos días Rajoy decía de él, en Onda Cero: “Camps será el candidato. Diga la Justicia lo que quiera”, frase que algunos de los suyos consideraron desafortunada. Días después, reconocía su error, aunque continúe dispuesto a seguir apoyándole. El líder del PP aguanta todo el tiempo que haga falta. Y, en ningún caso, le pedirá que se vaya, sino que espera que sea él quien decida qué hacer con su futuro. Pero, si Camps, arreciado por el Tribunal Supremo, decide dimitir por su cuenta, Rajoy le dejará marchar. Y, si sigue emperrado en ganar batallas póstumas, una vez ido, no permitirá que haga como el Cid Campeador, que ganó su última después de muerto. Con uno ya hubo suficiente. Otra cosa hubiera sido si el Supremo, en lugar de abrir la causa contra él, la llega a archivar. Probablemente, todo se hubiera disuelto como un terrón de azúcar en un vaso de agua. Y Camps hubiera vuelto a presentarse a las elecciones, ganándolas de nuevo.




Una vez que el Supremo permitió reabrir la causa por el caso de los trajes, lo primero que hizo Francisco Camps fue reivindicar su inocencia ante los medios de comunicación y, decidido a aferrarse a su cargo, anuló cualquier posibilidad de ofrecer su cabeza al líder nacional. Un desafío a la dirección del PP no muy bien vista por Génova. Mariano Rajoy, bajo ningún concepto está dispuesto a consentir que Camps se convierta en un nuevo quebradero de cabeza, como en su día lo fue Bárcenas. Pero Camps no parece ceder y pretende presentarse como el candidato a las próximas elecciones a la Generalitat. Y anima a su equipo a “ponerse ya en campaña”, a “trabajar todos los días con la cabeza bien alta y sin ningún tipo de complejo”, a volver a ganar, tras su muerte, una batalla…



“Los 45 millones de españoles –declara Camps, tras conocer la decisión del Tribunal Supremo– saben que soy honrado, que tengo lo mismo que tenía cuando llegué. Y nadie, en España, se puede creer que el presidente de una Comunidad tan importante como la valenciana pueda venderse por tres trajes. Es absurdo. Lo cree el PP, la Comunidad valenciana entera y todos mis compatriotas, desde Finisterre hasta Cabo de Gata, toda España”. El presidente valenciano dice sentirse como “Juan sin miedo”, porque ni él, ni sus compañeros, tienen miedo a nada, comparándose con el personaje de los hermanos Grimm. Y, como en todo cuento que se precie, esgrime su final feliz: “Esto se va a quedar en una fiesta de cumpleaños, con una tarta pequeña y sin invitados”. Y concluye tajantemente: “Esto es mentira. Lo que se dice en este proceso, es de risa”. Critica que “aparecen” documentos “interesados y manipulados” con la intención de “sembrar dudas” sobre la honorabilidad de la administración autonómica y del PP. Asegura que “nadie, en el planeta Tierra, da lecciones de nada al partido. Ni de honorabilidad ni de honradez”. Y anuncia que presentará pruebas exculpatorias “clarísimas”.


Esteban González Pons, responsable de Comunicación del PP, le ayuda a montar el bluf. Asegura que el presidente valenciano cuenta con todo el apoyo del partido y recuerda que sigue sin estar imputado. “Nosotros –dice– confiamos en él. Cuenta con la confianza del PP en toda España”. Sin embargo, el Partido Popular, según otras fuentes, “aumenta la presión para que dimita”. Y “no va a consentir que Camps se enroque en su cargo, como presidente de la Generalitat valenciana, o que su caso se convierta de nuevo en un culebrón jurídico-mediático que acabe por debilitar y desgastar el liderazgo interno de Mariano Rajoy. En su defensa cerrada de uno de los principales ‘barones’ del partido, el presidente del PP ha ido hasta donde podía llegar. Ahora, Camps tiene los días contados. Desde Génova, 13, se esfuerzan en convencerle, como ya hicieron con otros, de que lo mejor es que sea él mismo quien dé el paso definitivo para pasar a un segundo plano.



Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, dice contar con el acuerdo de Rajoy, proclama su inocencia y se ríe de la investigación.


La decisión del Supremo sitúa a Camps a un paso de sentarse en el banquillo y de comparecer ante un jurado popular. Él y otros altos cargos serán investigados por los supuestos delitos de prevaricación y cohecho, acusaciones relacionadas con la aceptación de regalos de manos de Álvaro Pérez, “El Bigotes”, hombre fuerte en Valencia de la trama dirigida por Correa. Así lo acuerda por unanimidad la Sala de lo Penal del Supremo, según la cual se devuelven las actuaciones al magistrado instructor, José Flors, que tendrá que continuar la tramitación contra Camps; contra el ex Secretario General del PP valenciano, Ricardo Costa; contra el ex vicepresidente del Gobierno, Víctor Campos, y contra el ex jefe de gabinete de la Consellería de Turismo, Rafael Betoret. Todos ellos aceptaron supuestamente regalos, prendas de vestir abonadas por Orange Market, una de las empresas de la trama dirigida por Correa. Y el Tribunal Supremo (TS) ordena al Tribunal Superior de Justicia de Valencia (el mismo que, en el pasado mes de agosto, archivara el procedimiento contra Camps y los otros tres altos cargos populares, al estimar que no había relación entre los “agasajos” que pudieron recibir y la adjudicación de contratos públicos a Orange Market) que reabra la parte del caso Gürtel que afecta al presidente de esa Comunidad y a otros altos cargos de la Administración y del PP valenciano.


En junio del 2009, Rajoy decía a Camps: “Yo creo en ti, creo en lo que haces y estaré a tu lado”. Hoy se calla como un muerto…

Existe, además, un informe policial en el que se habla de la supuesta financiación ilegal del PP valenciano y de las relaciones de la Generalitat con la empresa Orange Market. En él, se incluyen las adjudicaciones de Fitur y todo lo relativo a la visita del Papa. Son otros asuntos pendientes en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Pese a ello, el PP valenciano se moviliza por su presidente con comunicados y manifestaciones de respaldo absoluto. Aunque, hay un sector que considera que Camps no debería repetir en ningún caso como candidato. Los tres presidentes provinciales, Carlos Fabra (Castellón), Alfonso Rus (Valencia) y José Joaquín Ripoll (Alicante), son invitados a la junta directiva regional del PP para cerrar filas y suavizar la decisión del Tribunal Supremo. Pero José J. Ripill le deja plantado. “Lo hice conscientemente, no porque tuviera una excusa. Los representantes del PP en esta provincia decidimos no ir”, explica. El presidente de la diputación alicantina opta por replegarse y “ser parco en palabras”. Y, poco a poco, se aprieta aún más el nudo que atenaza a Francisco Camps, quien figura en un informe de la oficina antifraude (ONIF) de Hacienda, incorporado ahora al sumario del caso Gürtel. Pese a todo, el PP se resiste como puede, y se querella contra la Agencia Tributaria por entender que ha cometido delitos de prevaricación y falsedad en documento público.


“¿Castigarán las urnas a los corruptos? –se preguntaba Oriol Bohigas, en ‘El Periódico de Catalunya’ hace dos semanas)–. No sé si somos lo bastante conscientes ni si lo asumimos con suficiente responsabilidad, pero lo cierto es que, desde el punto de vista de la estructura política y social, el problema más escandaloso de nuestro país y el de mayor repercusión esencial es el de la corrupción en todos los distintos episodios en que se manifiesta por todo el Estado… Esta falta de reacción violenta de los ciudadanos, esta especie de conformidad o resignación fatalista –el reconocimiento de la propia impotencia para exigir honestidad– es, sintomáticamente, tanto o más grave que los mismos episodios de la corrupción”…


“Todos –prosigue Bohigas en ‘El Periódico’– participamos en su juego sin casi tener conciencia hasta utilizarla como un instrumento habitual, aunque sea a pequeña escala: el dinero negro, la declaración fraudulenta de beneficios, el tráfico de influencias, las trampas en el pago de impuestos, los actos inciviles, las delincuencias subterráneas son los escenarios de la corrupción universal, especialmente, en el Estado español. Una sociedad tan fundamentalmente corrupta no tiene fuerza para levantarse contra los estamentos de la más alta corrupción. Todo lo contrario: es el ámbito degenerado en el que, incluso, se admira a los administradores y políticos que han sido suficientemente avispados para hacerse una fortunita con robos relativamente discretos. La sociedad española no se levantará jamás contra la corrupción porque, ella misma, en su esencia, ya es demasiado corrupta. Cree poco en los valores morales de la democracia y demasiado en los éxitos de la corrupción ineludible”.



“Íbamos a reformar el capitalismo –escribe Ignacio Escolar en su blog– y, al final, ha sido el capitalismo quien nos ha reformado a nosotros. ‘Las circunstancias nos han obligado a tomar estas medidas’, dice Zapatero en el peor momento de su carrera política, en el día en el que las circunstancias le derrotan, en el funeral de su discurso. ‘La crisis no la pagarán los más débiles’, repetía hasta hace nada el presidente. Y ahora la crisis la pagarán los de siempre: pensionistas, dependientes, madres, funcionarios y, por supuesto, ese 20% de parados. Hay dos maneras de explicar lo sucedido y ninguna de ellas es bonita. La primera posibilidad, que la crisis es aún peor de lo que nos contaron, más dura de lo que el propio Zapatero quiso asumir; que, sin este ajuste, sólo nos queda la tragedia griega. La segunda, me temo que más probable, que el miedo a Grecia es sólo el lobo feroz de este cuento donde el resto somos los corderos. Que el poder político ya no tiene mucho que decir, que puede que, en el Parlamento, resida la soberanía popular, pero que hay otros soberanos, los mercados, que son ahora los que imponen sus reglas... Pero, lo peor es de dónde sale el dinero, un tijeretazo liberal, sin ni siquiera un mínimo gesto simbólico de izquierdas, que está siendo criticado incluso desde el Gobierno, donde muchos se enteraron de las medidas a la vez que el resto. Puestos a recortar el gasto público, ¿de verdad no había otro sitio mejor donde meter la tijera?”


Y entre corrupciones, tijerazos y recortes, la Corona pretende quedar al margen. El blog “El Ventano” hablaba el pasado jueves de la Casa Real, como única institución que se libra de los recortes por la crisis. “Entre las medidas anunciadas por Zapatero para superar la crisis –escribe Qaesar– se encuentra un recorte del 15% en las retribuciones de todos los altos cargos de la Administración, con el presidente y los ministros a la cabeza. Aunque el ahorro sea de sólo unos 100.000 euros, la medida tiene una carga simbólica y ejemplar, muy necesaria en estos tiempos que corren. Sin embargo, la Monarquía parece librarse de la 'quema', cuando debería ser el Jefe del Estado el primero en asumir la austeridad que se pide al resto de ciudadanos. Además, un recorte del 15% en su presupuesto significaría un ahorro mucho mayor que el de los altos cargos. Desde que estalló la crisis, en 2007, el presupuesto de la Casa Real se ha incrementado un 7,32%, al haber pasado de 8,28 millones de euros a 8,89 millones, con lo que un recorte del 15% supondría 1,3 millones de euros, 13 veces más que el ahorro logrado en las retribuciones del Ejecutivo. Y el ahorro sería mayor si también se recortasen otros gastos de la Monarquía asumidos por diversos ministerios. Así, los gastos de seguridad corren a cargo del Ministerio de Interior; los relativos a vehículos oficiales y conductores están dentro del presupuesto del Ministerio de Economía, y los gastos de viajes y visitas oficiales los asume el Ministerio de Asuntos Exteriores, mientras que el mantenimiento del Palacio de la Zarzuela y los demás Reales Sitios lo paga Patrimonio Nacional”.


Vestido con un pantalón tostado, una americana azul, una camisa a rayas, sin corbata y sin la barba que lucía al ingresar en el Clínic, el Monarca fue preguntado, a su salida, sobre cómo se encontraba. El Rey se acercó a los periodistas y, con un gesto de naturalidad, se abrió un poco la americana y contestó: “Bien, muy bien. Ya lo veis”. Abandonaba el hospital por su propio pie apenas cuatro días después de la operación. Pese a sus palabras de alabanza a la sanidad pública, el Defensor del Paciente critica a don Juan Carlos: “Es muy fácil hacer estas declaraciones cuando no ha pasado por urgencias y ni siquiera tuvo que esperar”. En un comunicado, Carmen Flores, presidenta de dicha asociación, le recrimina que tampoco tuvo que esperar para ser intervenido, y que “es muy fácil, cuando se ha estado en una zona privada”. Flores apunta que miles de ciudadanos sufren una situación “caótica” en la sanidad pública, siendo la catalana una de las más endeudadas. Y que, en la “maravillosa sanidad”, faltan profesionales, camas y medios. Flores se alegra de la pronta recuperación del monarca pero le recuerda que “lo que usted ha vivido es la panacea. Nada que ver con la realidad”.


La Monarquía, insisto, parece librarse de la “quema”, cuando debería ser el Jefe del Estado el primero en asumir la austeridad que se pide al resto de ciudadanos. El ahorro exigido por Zapatero sería mayor si también se recortasen otros gastos de la Monarquía asumidos por el Ministerio del Interior, el de Economía, el de Asuntos Exteriores y el Patrimonio Nacional.


Una querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias, a la que se adhiere Falange Española, consigue la suspensión de funciones del juez de la Audiencia Nacional que instruyó las principales causas judiciales de la reciente historia de España. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decide el viernes, por unanimidad, suspender a Baltasar Garzón por la apertura de juicio oral en su contra, dictado por el magistrado del Tribunal Supremo, Luciano Varela. Acusado de presunta prevaricación por investigar los crímenes del franquismo, Garzón comenzaba así su calvario sin perder para nada su dignidad.


A la salida de la Audiencia, Garzón es abrazado.


El juez abandona la Audiencia llorando, entre los aplausos y gritos de apoyo de un centenar de compañeros, jueces, magistrados, fiscales, funcionarios y miembros de asociaciones de Memoria Histórica que, al grito de “¡Garzón, amigo, el pueblo está contigo!”, despiden al magistrado. “El CGPJ –titula ‘Público’– se ceba con Garzón”. Para el presidente, Emilio Silva, es “motivo de mucha tristeza”, sobre todo por el “ensañamiento” que, a su juicio, se vio en todo el proceso. Silva opina que el CGPJ está más “preocupado por la imagen del Supremo que por hacer justicia”. José María Pedreño, desde la Federación Estatal de Foros por la Memoria, asegura que la democracia “no ha calado del todo” y que el Poder Judicial sigue siendo “heredero del franquismo”. Pedreño cree que existe una voluntad clara “de cargarse” a Garzón por haber intentado investigar los crímenes de la dictadura. Considera que se pone en evidencia el “bajo perfil democrático del Estado español” y supone una “llamada de atención” para cualquier juez que piense en seguir con su investigación. “Esto muestra que cualquiera que hable o se meta o investigue el franquismo será perseguido”. Pedreño asegura que con esta decisión tiene la sensación de que “en los últimos 30 años España no ha sido una democracia plena. Hemos vivido en una mentira. Quieren meter miedo a cualquier juez que intente investigar los crímenes del franquismo”, incluso a la propia población civil que estamos en ello desde hace tiempo”.



“Las lágrimas de Garzón son hoy mis lágrimas” comenta Saramago, quien atribuye la suspensión del magistrado a “jueces que nunca procesaron a Pinochet ni oyeron a las víctimas del franquismo”. Es una de las noticias “más tristes” que nunca ha recibido. Al contrario del procesamiento del dictador chileno, Augusto Pinochet, “una de las mayores alegrías”. En su blog, Saramago escribe: “Hoy, ni oro, ni plata, vivimos en tiempos de plomo. Que lo diga el juez Baltasar Garzón que, víctima del despecho de algunos de sus pares demasiado complacientes con el fascismo que perdura tras el nombre de la Falange Española y de sus acólitos, vive bajo la amenaza de una inhabilitación de entre doce y dieciséis años que liquidaría definitivamente su carrera de magistrado”. Para el escritor portugués, con la suspensión de Garzón “las campanas, después del repique a gloria que harán los falangistas, los implicados en el caso Gürtel, los narcotraficantes, los terroristas y los nostálgicos de las dictaduras, volverán a sonar a muerto, porque la justicia y el estado de derecho no han avanzado, no han ganado en claridad, y quien no avanza, retrocede”. Y el premio Novel termina: “Tocarán a muerto, sí, pero millones de personas saben señalar el cadáver, que no es el de Garzón, esclarecido, respetado y querido en todo el mundo, sino de quienes, con todo tipo de argucias, no quieren una sociedad con memoria, sana, libre y valiente. El destino del juez Baltasar Garzón está en las manos del pueblo español, no de los malos jueces que un anónimo pintor portugués retrató en el siglo XV”.



Por su parte, Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida, se declara el viernes “en rebeldía” ante la decisión unánime del Consejo General del Poder Judicial de suspender al juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, por una presunta prevaricación cometida al investigar las desapariciones del franquismo. El diputado señala que no respeta, ni acata ni obedece la suspensión a Garzón, al que seguirá llamando 'Señoría'. Llamazares anima a los ciudadanos a declararse en rebeldía y exige al Gobierno que modifique las leyes y procedimientos que facilitaron “este atropello a la justicia democrática”. Se trata, según él, de un “linchamiento sumarísimo que se parece demasiado al Tribunal de Orden Público”.
Un humor de mal gusto.



Aquí tenemos al señor Lama, periodista de la Cuatro, dando clases de humildad mientras se mofa de un mendigo de Hamburgo, junto con la gran afición atlética. Manolo Lama deja perplejos a muchos de sus espectadores, cuando el Atlético de Madrid está a punto de jugar la final de la Europa League, en Hamburgo, contra el Fulham inglés. Los aficionados colchoneros rodean a Manolo Lama, que da las buenas noches. A su lado, en el suelo, se ve sentado a un mendigo. Comienza entonces una interpretación de dudoso gusto. Pide que la afición rojiblanca sea generoso con él y, ante la cámara de televisión, comienzan a echar monedas, móviles, tarjetas de crédito y bufandas al indigente, jaleados por el periodista deportivo del grupo Prisa. Objetos que, al terminar la farsa, retirarán, dejándole al mendigo sólo unas monedas. Lo más desconcertante de todo, la frase final de Lama: “Venga, que este hombre sea feliz. Por lo menos va a tener para ver el partido tranquilito y caliente”.

Unas cien mil personas piden en Facebook el despido de Lama “por humillar a un mendigo”. Tildan su acto de “denigrante” y “vergonzoso” para el periodismo. Creen que el acto del periodista “no debe quedar impune”. El propio Lama y la cadena televisiva piden disculpas, asume las críticas y agradece el alto nivel de exigencia que algunos espectadores piden a la cadena y a sus profesionales. Pero, en el comunicado no dicen nada de posibles medidas a tomar contra Lama por mofarse de un indigente.


Continuamos con el humor, con cinco tomas universales. Humor impostor, Desgrecia, Los ricos también lloran, Adivinanza: ¿de qué lado del muro se encuentra Israel? y Bajo la carpa papal.







Y seguimos con nuestro humor ibérico:

Alfons López nos presenta la imagen de Garzón:

- Había oído hablar del brazo incorrupto de la dictadura, pero me lo imaginaba de otra forma…
En el diario: “GARZÓN LO TIENE CHUNGO”.


Territorio Vergara: El día de las máscaras, El tijerazo I y II, El subidón y Regreso al pasado.






Manel Fontdevila: Los vencedores, Adiós con el corazón, Para alegrarse, No a todo y Comercial.







Pep Roig: Viva la marginalidad, La vida es así, Mercado: ordeno y mando, Poesía social, Todo por Europa y Recursos reales.







Camps: “Los 45 millones de españoles saben que soy honrado”.




Aficionados del Atlético de .Madrid y los Manolos de la CUATRO se ríen de un mendigo.




Garzón se despide de la Audiencia Nacional, rodeado de simpatizantes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienaventurados los pobres de espiritu, -es decir- aquellos que hayan conseguido acabar con su conciencia de clase, porque suyo será el voto libre y la libertad de expresión.

chiflos.

Anónimo dijo...

Ah... se me olvidaba el canto de sirenas.
chiflos.