viernes, 9 de julio de 2010

La censura de la tragedia del Golfo de México y otras imágenes manipuladas.


La imagen de la izquierda es de la portada de 'The Economist' el 19 de junio; la de la derecha, de la fotografía original de Larry Downing para Reuters.
La tragedia ambiental del petróleo desparramado por British Petroleum (BP) en el Golfo de México apenas ha generado imágenes en la prensa. El gobierno de EEUU dictó una norma que prohíbe a cualquier ciudadano, sea periodista, blogger, reportero o fotógrafo, tomar imágenes del vertido y de las labores de limpieza que se realizan en la zona afectada, bajo pena de arresto, una multa de 40.000 dólares y el enjuiciamiento por un delito mayor federal. Dicen que ni el presidente Obama vio, durante su visita en la Costa del Golfo, los detalles de este desastre. Ahora, un vídeo, tomado por un trabajador contratado por BP para la limpieza del crudo, muestra en Internet estas imágenes de impacto:



Por cierto, Obama, protagonizaba el sábado, 19 de junio, en la portada de “The Economist”, una imagen demasiado solitaria. La revista manipuló una fotografía de Reuters en su edición sobre la crisis del vertido de BP. En la original, el presidente estaba acompañado. La foto habría sido perfecta para resumir la situación de crisis tras el vertido de BP en el Golfo de México si hubiera sido cierta. Pero no lo era. “The Economist” manipuló la fotografía del presidente de EEUU, Barack Obama, en una playa de Louisiana en la que aparecía solo, cabizbajo, mirando al suelo, con una plataforma petrolífera al fondo y el título 'Obama Vs. BP'. “The New York Times” publicaba el lunes, 21 de junio, la foto original y la comparó con la portada de la revista. La agencia Reuters había fotografiado al presidente acompañado del almirante Thad W. Allen y de Charlotte Randolph, representante de la parroquia local.

El domingo, Reuters emitió un comunicado para despejar las dudas sobre la manipulación de la fotografía: “Reuters tiene una política muy clara sobre la modificación, supresión o alteración de cualquiera de sus imágenes sin antes pedirnos permiso”. La subdirectora, Emma Duncan, mandó una carta al periódico explicando que habían suprimido de la imagen a Randolph “no por motivos políticos, sino porque la presencia de una mujer desconocida podría haber confundido a los lectores. Pedí que se eliminara a Randolph de la fotografía porque quería que se centraran en Obama, no porque quisiéramos que pareciera aislado. Ese no era el fondo de la historia”.

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