domingo, 8 de julio de 2012

Los mineros de “La Marcha Negra”, a punto de entrar en Madrid.


Marcha Negra de los mineros. La columna minera de 160 chalecos reflectantes y cascos de mineros prosigue su marcha por la Autovía del Noroeste sin sombras y a más de 30 grados.



Los conductores de la autovía del Noroeste no dejan de animar a los componentes de la marcha de mineros, conocida por “La Marcha Negra”, que salieron de la cuenca del carbón hace diecisiete días y están a punto de llegar a la capital de España, tras haber recorrido a pie más de 400 kilómetros. “¡A por ellos, mineros!”, les gritan. “Lo tenéis chupao!”. Les apoyan con sus cláxones para que tomen fuerzas y aterricen en Madrid el próximo miércoles, 11 de julio. Las tres columnas mineras de Aragón, Asturias y León, prosiguen su marcha sin sombras y a más de 30 grados. El pasado miércoles les quedaban todavía 125 kilómetros y coincidieron en Ciñera, capital minera, con los encerrados del pozo Santa Cruz, del pozo Santiago y del pozo Candín. Cada vez están más cerca de Madrid y más alejados de las órdenes y disposiciones ministeriales. “Es una vergüenza –se queja Jonathan Buenosvinos, indignado–. Parece que hemos vuelto a los años de Franco”. La “La Negra” marcha a cinco o seis kilómetros por hora, sin entretenerse con el paisaje que atraviesa. “Me pongo a mirar para abajo y, si puedo, echo un sueño”, confiesa Óscar Valle, un minero recio, nacido en Candanedo, a punto de ser padre, mientras otro conductor grita “¡Suerte!”. “La Negra” no está sola y cada día tiene más color: el púrpura, de León; el blanquiazul y rojo, del Bierzo; el azul, de Asturias; el morado, de Palencia y el blanco con el escudo, de Laciana. Ellos saben que las minas no van a durar para siempre, pero se resisten a que se cierren drásticamente y sin una estrategia de reconversión. Tampoco quieren la muerte de las cuencas mineras según el criterio de rentabilidad económica unilateral perseguido por Rajoy (“quien quiere que nosotros paguemos la crisis”), sin valorar el coste social. Por eso hace más de dos semanas, cuando nadie les daba una solución, decidieron iniciar la Marcha Negra sin hacer apenas ruido, alejados de los incidentes de Asturias y al margen de los políticos. Hoy, miles de españoles que se han unido mentalmente a ellos les acompañan y periodistas como el intrépido Inigo Gilmore, un free lance que va de guerra en guerra y aterrizó hacer varios días en Asturias para cubrir la Marcha Negra, cuentan su gesta. Según él, “la vida es la guerra”.




La alcaldesa de Villablino camina con los mineros.



Muchos mineros de las tres columnas rumbo a Madrid tienen los pies heridos y la tendinitis de tibia hace su agosto en pleno julio. El progreso y el Gobierno central han sido incapaces de protegerlos. Que se lo pregunten, sino, a Ana Luisa Durán, alcaldesa de Villablino que compartió la primera parte de la caminata con ellos. “He oído –comenta– que el ADN de los mineros es distinto y va a ser verdad. Todos los conflictos tienen una solución. Pero está claro que Rajoy se tiene que poner al frente y Soria tiene que irse”. También ella va camino de Madrid. Aunque seguirá en coche. Ver caras conocidas anima a los mineros. “Nuestra alcaldesa siempre ha estado con nosotros”, afirma Miguel Sobral. Al fin, hacen una parada para comer un poco. Toman fruta, empanada, tortilla y parrochinas y tres avituallamientos para hidratarse y nutrirse con chocolate y galletas sin detener la marcha. En seis horas han concluido la décimo tercera etapa. “¡Ya llegamos”, exclama un minero, cuando aún le quedan dos kilómetros para llegar a los pabellones deportivos donde se alojarán por gentileza del municipio que gobierna el PP por goleada. Vidal Galicia tiene 10 concejales de 13. Se declara solidario con la causa minera, pero no “voy a entrar en el fondo”. A los pies de la ermita de La Virgen del Camino una comitiva recibe a los mineros a Arévalo. La Caminanta, puerta de entrada a la villa, los abraza. “Lo váis a conseguir, lo váis a conseguir”, insiste una mujer. “Que la oigan”, contestan. Y advierte: “Todo esto también es para el empresario”. Cierto. También para los empresarios.



Un minero, descansando entre Medina del Campo y Arévalo.



El pasado jueves, 5 de julio, la Marcha Negra llegaba a Arévalo, a 126 kilómetros de Madrid, al norte de la provincia de Ávila, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, mientras ondeaban las banderas de León, El Bierzo y Asturias y cataban con orgullo “Yo soy minero”, la canción de Antonio Molina. Los mineros recibieron numerosos aplausos y muestras de afecto, gritos de ánimo y reconocimiento a lo que estaban haciendo. Y proliferaron gritos de “Somos mineros, no terroristas” y “Aquí están, estos son, los que sacan el carbón”. Allí les esperaba Vidal Galicia, regidor de la localidad y procurador del PP, quien señalaba que su presencia “formal pone de manifiesto el saludo del alcalde”, quien, al ser preguntado si se solidarizaba con su causa, comentaba: “Todos nos solidarizamos en Castilla y León con los problemas de los mineros”. E indicaba que su función era procurar que los miembros de la comitiva se encontrasen en Arévalo “lo más a gusto posible”, esperando que “el problema se solucione”. El Consistorio les cedió el polideportivo, el frontón municipal, la plaza de toros y las piscinas municipales, donde se dieron un chapuzón. La Marcha del Carbón repartió cerca de 100 kilos de fruta y más de 5 litros de líquido por cada minero.



Mientras tanto, la Guardia Civil saca a un minero herido y detenido de la localidad leonesa de Ciñera.



La moral aún permanece alta entre los participantes de la Marcha Negra, pese a los días anímicamente duros para ellos. Siguen con preocupación los enfrentamientos entre los compañeros del Pozo Sortón y la Policía, tras los cortes de las carreteras AS-117 y 2M-3. Así como los producidos en la localidad leonesa de Ciñera, donde dos mineros son detenidos. Entre los participantes de la marcha se habla de la reunión con José Manuel Soria, el lunes pasado, que supuso un “bajón bastante grande”. El encuentro entre el ministro de Industria, con el presidente de Asturias, Javier Fernández, y los dirigentes sindicales de la minería, frustra las expectativas de los trabajadores y de los representantes institucionales de los territorios mineros. Consideran que “el fiasco” de la entrevista ocasionará una radicalización de las actuaciones de los afectados, que ya tuvo una primera muestra con la detención de once trabajadores que habían colocado sendas barricadas en varias carreteras asturianas, después de una persecución policial por los montes entre botes de humo, disparos de piedras y de toda clase de artilugios.



Un habitante de Ciñera pregunta a dos agentes de la Guardia Civil si puede caminar hasta su casa.



Los dirigentes sindicales advierten que no van a cejar en el intento de modificar el proyecto presupuestario que reduce un 63% las subvenciones a la minería. Los sindicalistas inmersos en la Marcha Negra no tienen la intención de regresar a sus lugares de origen hasta que no arranquen del ministro Soria el compromiso de mantener las ayudas al carbón. Los representantes sindicales afirman que el fiasco tendrá consecuencias. En medios periodísticos se comienza a extender la sensación de que “los mineros preparan algo gordo” y todo apunta al final de la Marcha Negra. La frustración por no alcanzar los objetivos ni ver salidas mínimamente viables a corto plazo puede desencadenar una serie de acciones a la desesperada. En el ánimo de muchos sindicalistas de la industria está el conflicto minero británico de los años ochenta del pasado siglo, cuando la entonces primera ministra Margaret Thatcher se enfrentó al poderoso sindicato minero de su país, propiciándole una gran derrota sindical. Esta posibilidad espanta a los dirigentes de CCOO y UGT, que quieren medir su respuesta al Gobierno para evitar desmadres y efectos no deseados, pero que también son conscientes de que si no apuran las movilizaciones y dan una vuelta de tuerca a las acciones en la calle pueden terminar derrotados o desbordados por los sectores más duros del movimiento social que les respalda.



De momento, las relaciones entre mineros, sindicatos, cargos institucionales y vecinos de las zonas mineras siguen siendo muy estrechas, pese a las graves molestias a los trabajadores de otros sectores, causadas por algunas de las barricadas que colapsan el tráfico de las carreteras. Nadie sabe lo que mañana puede ocurrir, sobre todo, con la situación de los encerrados en los pozos mineros, a varios centenares de metros de profundidad, cumplido el mes de reclusión, con las repercusiones para su salud y su estado de ánimo. Se dice que su moral es muy alta y están dispuestos a permanecer en el interior de la mina hasta el final. Pero, los sindicatos temen que tanto tiempo sin ver la luz solar les pase una enorme factura, sobre todo si el gran esfuerzo realizado no se corresponde con un resultado que les haga, al menos, mantener el tipo en el conflicto. Representantes de CCOO no aconsejan a sus afiliados que se sumen a los encierros, auspiciados por UGT. No obstante, las posiciones de los dos sindicatos son, de puertas afuera, mantener un respaldo total y solidario con las acciones llevadas a cabo, aunque algunas de ellas chirríen en su fuero interno. No obstante, juega a su favor la red familiar, territorial y social que, históricamente, ha permitido que la minería alcanzara conquistas laborales que en pocos colectivos se han fraguado. Esta solidaridad ha estado presente en las primeras luchas, todavía en plena Dictadura (este año se cumplen 50 años de las huelgas de la minería de 1962, que obligaron al entonces ministro secretario general del Movimiento, José Solís Ruiz, a negociar orillando al sindicato vertical) y en las movilizaciones de 1989, que arrancaron a Felipe González un acuerdo sobre prejubilaciones, a cambio de cierre negociado de explotaciones.



Mineros de la Marcha Negra, durmiendo en el polideportivo de Ledanca (Guadalajara)



En cambio, el PP se niega en algunos pueblos a ceder instalaciones municipales a la Marcha Negra de los mineros pese a que sí las cedieron a los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en agosto del año pasado. Así lo ha denunciado Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid a través de una nota en una iniciativa presentada por su dirigente Gregorio Gordo en los Plenos de los Ayuntamientos de Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, por donde pasarán los trabajadores del carbón antes de entrar en la capital. IU-CM recuerda en su escrito que las instalaciones municipales no sólo fueron cedidas para la JMJ sino que también lo fueron para la anterior marcha minera que tuvo lugar durante el Gobierno socialista de Felipe González. La formación política aboga por mantener esa dinámica y para ello presentará este ruego en los plenos municipales de otras localidades madrileñas por las que pasará la “marea negra”. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ya ha avisado de que no piensa cederles ningún espacio público.



Hijo de un minero, en las espaldas de su padre, mirando el futuro.



Rubén García, otro de los mineros, en este caso asturiano, acampado frente a la Delegación de Gobierno de Asturias en una protesta organizada por CCOO, explica que ésta es una acción complementaria a otras, como los encierros en los pozos, la ocupación simbólica en ayuntamientos, los cortes de carretera y las manifestaciones. “Estamos llevando a cabo todas las acciones de lucha que podemos y la huelga indefinida para que el gobierno no liquide la minería”. García empezó en el pozo con 19 años, como sus padres y abuelos. También su mujer y su hijo entienden que si es necesario pueden quedarse sin vacaciones o reducir gasto de donde sea. “Cuando lo vives desde pequeño, tienes este sentimiento de lucha que hace que no te doblegues, por muchos antidisturbios que manden”. Rubén explica que, cada vez que han ido a negociar con el ministro de Industria, José Manuel Soria, se ha negado modificar los presupuestos, y “eso no es un diálogo”. Frente a esta actitud, el sindicalista repite que “la decisión de acabar con la minería no es una cuestión económica, es una decisión política dirigida a acabar con el último reducto de movimiento obrero combativo que queda ahora mismo en este país”.



La Guardia Civil toma el pueblo de Ciñera.



Agentes antidisturbios de la Guardia Civil entraron el martes en el pueblo de Ciñera, en León, donde se desató una auténtica batalla campal contra los mineros que acabó con al menos dos detenidos. Los trabajadores del carbón cortaron la carretera N-630 y la línea férrea a Asturias en protesta contra el recorte de ayudas al sector. Francisco Castañón, alcalde del PP de La Pola de Gordón, municipio al que pertenece Ciñera, declaraba que los guardias civiles “han tomado el pueblo, donde han entrado directamente y en cuyas calles han disparado pelotas de goma”. Castañón calificó los hechos de “batalla campal” y aseguró que los habitantes de Ciñera estaban “muy crispados” por el peligro que supone convivir casi a diario con la violencia. El regidor lamentaba así la nueva incursión de los antidisturbios en el pueblo, cuyo alcalde pedáneo, Juan López del Moral, resultó herido en un ojo por un pelotazo el pasado 6 de junio. Tras los enfrentamientos, los mineros volvieron a cortar la carretera N-630 y la línea férrea a Asturias. No es la primera vez es que las fuerzas de seguridad entraban en el pueblo. La minería del carbón lleva en huelga indefinida desde el pasado 30 de mayo contra el recorte de más de un 60 por ciento en las ayudas estatales al sector. “Al principio, siempre había un diálogo, una negociación. Pero, desde el quinto o sexto día de la huelga, vienen directamente a reprimir”, explica José Luis Villares, sindicalista, que calificó la situación en las cuencas de “Estado policial”. Por las carreteras y pueblos de Asturias hubo decenas de patrullas durante todo el día y una infinidad de puestos de control que daban apariencia de auténtico escenario bélico. Los sindicatos denuncian que la Policía espía sus llamadas y pincha las ruedas de los coches.



Ángel Calvo, presidente en funciones de la ACOM.



Los alcaldes de las comarcas mineras de Asturias, León, Teruel y Palencia, fijaron de plazo hasta el 15 de julio para mantener una reunión con el ministro de Industria, José Manuel Soria. Caso de no celebrarse, iniciarán trámites legales contra el incumplimiento del Plan del carbón. Así lo expresó a los medios Ángel Calvo, presidente de la Asociación de Comarcas Mineras (ACOM) y alcalde del PP en Páramo del Sil (León), quien no teme represalias de su partido porque su petición “es de justicia y yo se lo debe a mis vecinos”. Calvo es alcalde minero, se presenté por el PP pero es el primero en decir que el Gobierno se equivoca. “El Gobierno está metiendo la pata y, cuanto más tarde en sacarla, más le va a costar”. En el encuentro, se confirma que los alcaldes mineros de Asturias iniciarán un encierro en sus ayuntamientos hoy, domingo, a las diez de la mañana, finalizando el martes, día 10, para sumarse a la manifestación de los mineros en Madrid, el próximo día 11. Calvo también ha informado que los alcaldes reunidos han consensuado un documento, ajeno a tintes políticos, en el que exigen una reunión con el ministro pero también con el secretario de Estado de Energía, Fernando Martí, y donde lamentan que la intención del Gobierno es “vallar las cuencas mineras y convertirlas en una reserva”. El documento se solidariza con las familias de los mineros encerrados, apoya de forma unánime la marcha a Madrid y pide la supervivencia del sector y de las cuencas, algo firmado y explícito en el Plan del carbón. Calvo ha pedido al Gobierno que se siente a negociar y fije las reducciones de la minería en porcentajes, pero en ningún caso del 63% “porque ello es la muerte de la minería y de las cuencas”. Joaquín Noé, alcalde de Ariño (Teruel), insiste en que si no hay acuerdo “llegarán las acciones legales” y asegura que los alcaldes no cejarán hasta conseguir un respaldo al sector del carbón porque “la minería y su futuro están en juego”.



Juan Morano, el senador rebelde del PP que plantó cara al partido para defender las ayudas a la minería, deja finalmente su escaño como senador popular después de que Génova 13 haya actuado contra él con una dureza inusitada que no se ha aplicado en otros casos recientes como, por ejemplo, con las ‘pellas’ del diputado José Cruz Pérez Lapazarán. El Comité de Derechos y Garantías del Partido Popular suspendió de militancia a Morano, exalcalde de León durante casi dos décadas, por considerar desleales sus críticas al Gobierno y por su defensa de los mineros de su circunscripción. “La determinación que ha tomado el partido –declara el senador hasta este momento del PP– es muy clara y muy sencilla: entre mañana y pasado pediré la baja como militante del PP y en el grupo parlamentario del Senado, y me pasaré al Grupo Mixto. He hecho lo que tenía que hacer, lo que creo que debía hacer, lo que me dicta mi conciencia y mi libertad y lo que tantas veces hemos predicado y pregonado por toda la provincia, en donde hemos adquirido compromisos desde hace muchos años con los temas del carbón. Algo que creo que es absolutamente defendible. Hice uso expreso de mi libertad y de mi independencia en lo que se refiere al voto. La Constitución me ampara porque dice que no estoy sujeto ni ligado a un mandato imperativo. Eso me parece tan básico y tan fundamental que me sorprende que alguien no lo entienda. Lo que he hecho, lo haría mil veces”. El PP deja claro, de este modo, que no tolerará díscolos en sus filas. Morano ya fue económicamente sancionado junto a otros cinco senadores del PP por saltarse la disciplina de voto en el debate en el Pleno de las enmiendas a los Presupuestos para mantener las ayudas a la minería y votar junto a la oposición.



El mismo día en que Morano recibía su suspensión, Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, enviaba una carta a Mariano Rajoy, en la que demostraba que, también en el conflicto minero, hay sensibilidades políticas encontradas dentro del PP. Herrera retaba a Rajoy, defendiendo las ayudas al carbón y precisando que “hay que buscar soluciones al recorte “brusco y excesivo”. La Junta se dirigía directamente al ejecutivo, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y al ministro de Industria, José Manuel Soria, para alertar de que el ajuste “puede poner en peligro la actividad del sector, que contaba con esas ayudas”. Morano fue el único de los 12 parlamentarios del PP por León y Asturias en apoyar directamente la minería con su voto y sus manifestaciones posteriores. La Junta de Castilla y León parece decidida en seguir apoyando a los mineros pese a la molestia que dicha actitud pueda causar en el Gobierno.



Batalla nocturna entre mineros y policías en Pola de Lena.



A la huelga indefinida en las minas de Asturias, León y Aragón, se añade un fin de semana de alta conflictividad en las cuencas. Se repitieron los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y los mineros, así como los cortes de carreteras y vías férreas. Pero, pese al recrudecimiento del conflicto y la escalada de violencia, los trabajadores del carbón siguen contando con un gran apoyo social en las zonas mineras. El viernes, los huelguistas cortaron con barricadas los accesos al Pozo Santiago, donde se hicieron fuertes en las instalaciones de la mina y resistieron a los ataques de los antidisturbios. Este episodio se produjo horas después de que terminaran los duros enfrentamientos durante la noche en la localidad de Pola de Lena. Varios grupos de trabajadores cortaron la autopista A-66 en ambos sentidos, a la altura del kilómetro 59,5, en el concejo de Lena, donde esperaron, preparados, la llegada de la Guardia Civil. Los “números” fueron recibidos con un intenso fuego de “lanzadores”, artesanales que utilizaron los mineros, y todo tipo de objetos. Mientras algunos huían y continuaban con la refriega por los bosques, otros fueron hacia el Pola de Lena, donde algunos vecinos se sumaron a la protesta y los enfrentamientos se extendieron por las calles del casco urbano. Una de las pelotas lanzadas alcanzó a una niña que se encontraba asomada a la ventana de su casa y le provocó heridas en la parte derecha de la cara. Otra mujer que se encontraba en su casa también sufrió cortes en la cara tras el impacto de un objeto en la ventana de su domicilio.



Durante la tarde del viernes, mujeres, mineras y esposas de mineros, recorrieron las calles tanto de Oviedo como de León, en protesta contra los recortes del Gobierno y en apoyo a la Marcha Negra. Al grito de “Aquí están, así son, las mujeres del carbón”, la comitiva de Oviedo caminó hasta la sede del Partido Popular donde realizaron una sentada en la que entonaron el emblemático himno minero “En el pozo María Luisa”. La misma canción fue coreada en León frente al Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación, en apoyo a los seis trabajadores del carbón que permanecen encerrados en la institución desde el pasado 4 de junio. Una de las portavoces del grupo asturiano, la minera Patricia Fernández Cea, depositó un pedazo de carbón en la puerta de la sede del PP mientras decía: “Vosotros que sois tan católicos y vais tanto a misa, cumplid los mandamientos de no robar y mentir; si Jesucristo dijo que hay que ayudar a los necesitados, repartir vosotros con la minería, que nosotras os dejamos un presente: un trozo de carbón de nuestras minas”. El imaginario colectivo de las cuencas está impregnado de la memoria de la revolución de Asturias de 1934, cuando los trabajadores se levantaron en armas contra el gobierno derechista de la CEDA. Y también la huelga asturiana de la primavera de 1962, que fue la primera gran huelga contra la dictadura franquista y que activó todo un ciclo de protestas contra el régimen. Además, muchos de los que hoy están en las barricadas ya estuvieron juntos en los conflictos de 1991 contra el PSOE y 1997 contra el PP. El desmantelamiento de la minería en Asturias destruirá a corto plazo unos 14.000 empleos –3.500 directos y unos 10.500 indirectos–, según las estimaciones que baraja el consejero de Economía del Principado, Graciano Torre, que considera “incomprensible” el recorte de ayudas decidido por el Gobierno y con el que, a su juicio, se aboca al cierre al sector.



“Los mineros no serán bienvenidos –escribe Manuel Molares do Val en su web “Crónicas Bárbaras”–: cuando bloqueen la circulación, enfrentándose a la policía, detectarán la ira y el rechazo de los ciudadanos explotados con impuestos para sostener una gravosa actividad, inútil y antiecológica”. Sus palabras resumen, según los mineros, una visión de la derecha tan estereotipada como falsa. Lo paradójico es el cierre de las minas de hulla asturiana. Y no se entiende la decisión del Gobierno de clausurar estas minas de carbón. El PP y su patronal arguyen que ya no dan beneficios, que mejor cerrarlas. Pero los geólogos entienden la preocupación de los mineros asturianos. Estos temen que el Gobierno les está tomando el pelo. David Rabadà i Vives, en “Opinión. La Puntita”, de E-notícies, lo explica en “La huelga en Asturias por el carbón chino”. David aclara que, en Catalunya, se estaban llevando a cabo proyectos para explotar la energía geotérmica del subsuelo y poder generar electricidad barata, no contaminante y antídoto al petróleo, gas y carbón. Pero, por razones gubenamentales, el proyecto fue abortado. A cambio, se rumoró que se subvencionaría el carbón. “Mi ingenuidad –escribe Rabadà– pensó en la hulla de Asturias para potenciar la maltrecha economía nacional y poner fin a su huelga, pero, iluso de mí, erré. El carbón que dicen van a subvencionar vendrá de lejos, de China. Esta nación ha comprado gran parte de nuestra deuda, es decir, el aumento de nuestro recortes e impuestos van directamente a sus arca, hablando en plata, ellos son nuestros dueños bajo el mando y ordeno Si ahora los dirigentes españoles hablan de progreso éste no es el nuestro sino el de los intereses económicos internacionales procedentes del petróleo árabe, del gas sahariano y ahora del carbón chino, todos ellos, recursos que hay que traer de lejos, caros, contaminantes y que monopolizan nuestras hundidas finanzas. La geotérmica significaría todo lo contrario, cercana, sin polución y evitando la adición a los hidrocarburos. En cambio, el carbón chino significa pan hoy pero mucha hambre mañana. Visto esto queda claro que nuestros políticos, si usted les votó, ya no gobiernan nada, todo les viene dado desde los intereses internacionales. Mineros asturianos, id a China a quejaros, aunque allí los derechos humanos van más caros que vuestra pisoteada hulla”.



Pero, más allá del carbón español y de sus minas, continuamos con la sección de humor de los domingos. Y comenzamos con un dibujo de R. Varona: Celibato eclesiástico y matrimonio gay. Le sigue otros del éxito deportivo del fútbol que la Roja se hizo hace una semana.






En humor de esta semana recordamos a Gila, J.R. Mora, Mel, Erlich, El Roto, J. Morgan, Peridis y A. Montt.












Pep Roig nos muestra: Pobres “paganos” o “Paga y calla”, Godzirajoy, el destructor de esperanzas ingenuas, Más recortes, Rajoy-Yojar. Al ataque con los más débiles y Si arde, es urbanizable.







Cuatro vídeos para terminar. El primero nos recuerda la canción de Antonio Molina: “Soy minero”.



En el segundo, vemos a los antidisturbios entrar en la localidad de Ciñera de Gordón (León), después de que las protestas del sector minero hayan mantenido cortada la carretera de N-630 durante más de tres horas, desde aproximadamente las 10.00 horas.



Vagonetas de la mina como escudos caseros y cohetes. Son las armas con las que hoy se atrincheran los mineros en el Pozo Sotón. Los trabajadores del sector minero, inmersos en una huelga indefinida, han cortado las carreteras y las vías del tren en las proximidades y se han hecho fuertes en la explotación minera. Los antidisturbios han respondido con pelotas de goma y botes de humo. Los mineros, atrincherados, han seguido lanzando piedras, pelotas de golf, tornillería y material pirotécnico. Los enfrentamientos acabaron con desperfectos.



En el último, Martian Dynamo se pasea sobre el mar.

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