viernes, 1 de marzo de 2013

IU acusa a la Casa Real: “El silencio es complicidad”.

 
El rey, Juan carlos y Carinna, en un acto.


“El silencio es complicidad”, acusa José Luis Centella, coordinador de la presidencia Federal de IU y portavoz de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) a la Casa Real. Centella emplaza a este organismo a querellarse contra la princesa Corinna  por afirmar que hizo gestiones “delicadas” por encargo de España. En una entrevista con el diario El Mundo, Corinna zu Sayn Wittgenstein admitió que el Rey le pidió que colocara a Iñaki Urdangarin e incluso reveló que hizo gestiones secretas “delicadas” a favor de España por encargo de las autoridades.

Rubalcaba ha negado que la Princesa Corinna realizara trabajos para el Gobierno socialista de Zapatero. El dirigente socialista negó rotundamente que durante el tiempo que él estuvo en el Gobierno socialista, éste encargara algún trabajo “delicado” a la amiga del rey sin cobrar de los contribuyentes. Y añadió: “Que yo sepa, no”. Del mismo modo, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, negaba que dicha princesa hubiese colaborado con el Departamento que él dirige y ha instado a los ministros del Gobierno de Zapatero que hayan podido aparecer fotografiados con la princesa alemana a dar explicaciones. “Yo puedo responder por el Departamento del que soy responsable desde hace 14 meses. Ni en asuntos clasificados ni no clasificados, simplemente ninguno”, dijo Soria.

Centella aclara que no basta con desmentidos de los Gobiernos del PP y del PSOE porque “es la Jefatura del Estado la que está siendo puesta en entredicho”. Y advierte que estas afirmaciones de Corinna exigen una respuesta contundente en forma de querella. A su juicio, en un caso en el que se denuncian acusaciones “muy graves”, el silencio se convierte en complicidad: “Si la señora dice que ha hecho trabajos para el Estado y no obtiene una respuesta muy clara –advirtió–, estaríamos en un caso de complicidad”. Para el número dos de IU, de las declaraciones de la princesa Corinna parecen deducirse acciones “muy graves” y “la Casa Real no es inviolable. No es la Corona, es la Jefatura del Estado la que está siendo puesta en entredicho”

El pasado lunes, tras las declaraciones de Corinna, la Casa Real vetaba a todos los medios de comunicación excepto a la agencia Efe y TVE (de sobra conocidas en esta etapa por su falta de independencia) en su faceta gráfica para la recepción del rey al ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Paulo Sacadura Cabral Portas. Su departamento de Comunicación excusaba su nueva decisión “por motivos de espacio”, pero nadie ignoraba en ese momento que la Casa Real no quería que los medios se reunieran en torno al rey tras las declaraciones de Corinna en El Mundo, de Iñaki Urdangarin y del secretario de las infantas, Carlos García-Revenga, en los juzgados de Palma de Mallorca.

Sin embargo, la declaración del yerno de Juan Carlos de Borbón pasó a un segundo plano al publicarse la entrevista a Corinna, en la que admitía su “entrañable amistad” con el monarca o que había realizado trabajos para el Gobierno de especial delicadeza, interviniendo, incluso, en presuntas crisis políticas. Se supone que el entorno de la Casa Real daba así por terminada la “entrañable amistad” del rey con la 'princesa' Corinna, desde el accidente el accidente que el monarca tuvo en la polémica cacería de Botswana, cuando se publicaron fotos de ambos dentro del mismo grupo. Cayo Lara, coordinador federal de IU, advirtió que las actuaciones de la princesa Corinna se acabarían conociéndose en la investigación del caso Nóos e incluso ironizó con la posibilidad de que haya que reunir a la Comisión de Secretos Oficiales para conocer qué clase de trabajos desempeñó. Corinna, el personaje que en declaraciones a The New York Times, calificaba al rey de “tesoro”, intentó lavar su imagen con tres entrevistas en El Mundo, Hola y Paris Match. Y la Casa Real negó que conociera con anterioridad la publicación de las mismas, calificadas posteriormente de “publirreportajes”. Como si los frecuentes reportajes y entrevistas reales a la prensa del corazón no fueran igualmente publirreportajes.

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