domingo, 25 de mayo de 2014

España: país europeo con más parados, deportistas y humoristas.

 

No es la primera vez que los parados y los que peor lo pasan son apoyados en este país por parte de otros grupos. Conocidos cantantes, toreros, deportistas, artistas, humoristas, periodistas, concursantes de programas televisivos y famosos de varias disciplinas de San Fernando (Cádiz) y resto de Andalucí­a, disputaron el 4 de febrero del 2012 un partido benéfico en el Pabellón de Bahí­a Sur. La recaudación integra de las entradas se destinó a un sorteo entre los parados de La Isla, de entre los cuales salieron tres agraciados que se repartieron el dinero a partes iguales. El partido benéfico en favor de los parados fue organizado por la empresa isleña Eventos Videovip, con la colaboración del Ayuntamiento de San Fernando y el patrocinio de la academia de idiomas London Bridge School, la disco Sala H21, el grupo hostelero La carpinterí­a, Orce construcciones y reformas, el Gimnasio Vigor y la empresa de energí­as renovables Solcaisur. Casi dos años después, el 26 de diciembre del año pasado, numerosos deportistas y personalidades del mundo del espectáculo se dieron cita en el “El Partido por la Vida” que se celebró en el Estadio Ciudad de Málaga por una buena causa. La iniciativa fue organizada por la Asociación de la Policía NacionalLa Biznaga Azul”, en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga, que destinó su recaudación para sufragar el tratamiento que necesitaba Idaira Osuna Martín, la niña de Benalmádena de 2 años, que sufría una enfermedad rara denominada atrofia muscular espinal (AME), y para la Asociación para la Atención a Mujeres operadas de Cáncer de Mama de Málaga (ASAMMA). El partido de fútbol benéfico entre el CD El Palo, club que militaba en Segunda B, y una selección de jugadores contó con la asistencia de futbolistas de talla nacional, artistas y personalidades de otros ámbitos de la sociedad malagueña, así como con la colaboración del Colegio Malagueño de Árbitros. Entre las personalidades de la cultura y el espectáculo apoyaron la iniciativa los humoristas Daniel Rovira y Tomas García, el presentador Christian Gálvez, el cantante Sergio Contreras y el grupo malagueño DMEI. Cinco meses más tarde, el pasado 10 de mayo, Julia Matos, una mujer en paro criada en León y residente en Barcelona, conseguía convertirse en la única española entre los 25 seleccionados en su categoría, después de haber competido contra más de medio millón de personas para optar “a uno de los mejores trabajos del mundo”. Licenciada en Comunicación Audiovisual, profesora de esquí durante la temporada, Matos ya quería irse a trabajar fuera de España junto con su novio cuando encontraba en Internet una oferta de la Agencia de Turismo Australiana que ofrecía seis trabajos de guardabosques relacionados con el turismo en distintos espacios naturales. Cada uno de ellos se ubicaba en una de las seis regiones de este país, con un salario semestral de 100.000 dólares (12.680 euros al mes), con alojamiento y viajes pagados.
 

Sin embargo, siguen las protestas por las tasas de paro en Europa y, en particular, en España. “¿Es la prestación por desempleo española ‘generosa’, tal y como señalan numerosos representantes empresariales, o se queda corta?  –pregunta el periodista José Luis B. Benayas en Cuarto Poder–. La cuantía de las prestaciones se sitúa en la media muy por debajo de las de los países del Norte y bastante por encima de los Estados miembro de más reciente adhesión. Con el tiempo que dura la prestación sucede lo mismo. Hay países en peor situación. Pero las características del mercado laboral español han propiciado que nuestro país se haya convertido en el líder europeo en número de desempleados sin ningún tipo de prestación. Primero porque la tasa de paro, del 25,9% según la última EPA, y del 25,3% según los datos más recientes de Eurostat, es la segunda más elevada de toda la Unión Europea (solo Grecia va por delante). Otros Estados miembros en situación delicada, como Croacia (tasa de paro del 17%) o Portugal (15,4%), no presentan ni de lejos las tasas de España o Grecia. Y no digamos ya las economías más avanzadas, con Italia, en el 12,7%, Francia, en el 10,4% o Alemania, el 5,1%. Además, la tasa de desempleo española lleva por encima del 20% desde el mes de abril del año 2010. Más de cuatro años. Ello en un país en el que las encuestas determinan claramente que los parados, especialmente los mayores de 50 años y los jóvenes, encuentran serios problemas para recolocarse. Y ello, además, en un país en el que la prestación dura 24 meses en el mejor de los casos (seis años de cotización sin cobertura previa durante ese periodo), y numerosos desempleados agotan ese periodo sin que su búsqueda de trabajo tenga fruto alguno. Por último, los recortes del Gobierno del PP han empeorado aún más la situación. Por un lado, la prestación ha sido recortada desde el séptimo mes de percepción, y ahora solo se cobra el 50% de la base reguladora (antes era el 60%). Por el otro, el endurecimiento de requisitos de acceso a las ayudas del Plan Prepara (400 ó 450 euros durante seis meses, por desempleado de larga duración) ha motivado que el número de beneficiarios se reduzca drásticamente. José Luis B. Benayas. Así, España ha llegado a una situación de emergencia. Nuestro país cuenta con casi cuatro millones de parados sin ningún tipo de prestación. Una cifra sin parangón en el continente europeo que pone de relieve que nuestro sistema de protección al desempleado se queda, por desgracia, bastante corto. O, al menos, falla en su diseño, tal y como demuestra el hecho de que solo 1,9 millones de parados cuenten ahora con algún tipo de subsidio”.
 

Respecto a la duración de la prestación, España se sitúa en la media. Los 24 meses máximos se quedan por debajo de los que ofrece Bélgica, país en el que el la prestación puede llegar a ser ilimitada en determinados supuestos; Alemania, en la que los parados de larga duración pueden lograr una renta básica de mantenimiento si se comprometen a buscar empleo activamente; u Holanda, donde la prestación puede durar 38 meses. Francia, con 22 meses de duración, cuenta con el sistema más parecido al español. Por debajo de nuestro país se encuentran Portugal (18 meses como máximo), y Reino Unido e Italia (menos de un año de duración), que se configuran como los países con el sistema menos generoso. Respecto a los criterios de acceso, España y sus vecinos europeos cuentan con unas reglas bastante similares. En nuestro país es posible acceder a la prestación si se han cotizado cuatro meses. En Francia son seis. Y, en el resto de países de la Unión, el baremo se sitúa también en torno a esas cifras. Pero, donde España está fallando especialmente, tal y como mencionábamos antes, es en la cobertura del parado de larga duración. “Una mayoría de los grandes países europeos cuentan con una tupida malla de ayudas sociales que, bien por vivienda, bien por hijos a cargo o bien por situación de desamparo, cubren al desempleado durante un largo periodo de tiempo o de forma indefinida. Así sucede en Alemania, Bélgica, Reino Unido (y ello pese a que su sistema de prestación por desempleo es de los menos generosos), Finlandia, Holanda y Francia. Nuestro país, sin embargo, apenas cuenta con el Plan Prepara, que dura seis meses y solo se puede obtener una vez. Este, además, será eliminado por el Ejecutivo cuando la tasa de paro sea inferior al 20%. Teniendo en cuenta que ese 20% equivaldrá a más de 4 millones de parados, es bastante posible que el número de personas sin prestación alguna siga siendo más elevado en España que en cualquier otro país de la Unión Europea. Y así durante unos cuantos años, pues ni siquiera el optimista Gobierno apuesta por una reducción del paro por debajo del 20% antes del año 2017”.

Los empleados españoles con los sueldos más bajos necesitan trabajar 20 días para obtener lo que gana un director general en una hora, una ratio sólo superada en Europa por Rusia, Ucrania y Rumanía. Con un salario medio, el tiempo necesario sería una semana, según un estudio realizado por la revista británica The Economist, que refleja las enormes diferencias salariales existentes en España. El gráfico muestra, en su columna derecha, lo que gana como media un director general (CEO) en una hora de trabajo. El primer puesto lo ocupa Italia, con 957 dólares, seguido de España, con 792 dólares. También destacan Suecia (709) y Dinamarca (704). Los puntos rojos indican el número de días que necesita trabajar quienes cobran los salarios más bajos para ganar lo mismo que un director general en una hora, mientras los puntos azules indican la misma ratio pero para los trabajadores que tienen salarios medios. Los datos, que se refieren a 2012, muestran a España entre los cuatro países que presentan una distribución salarial más injusta, y muy alejada de países como Francia, Bélgica, Alemania, Holanda o Irlanda, donde no hay tanta distancia entre los salarios medios y los más bajos, ni necesitan tantos días de trabajo para ganar lo que obtiene un CEO en una hora. Resalta también la gran diferencia que existe entre los salarios de los CEO de España (792 dólares) y los de países más desarrollados como Francia (551), Holanda (491) o Alemania (546). Los países nórdicos son los que presentan una mejor distribución de los salarios, tanto entre los trabajadores, como entre los sueldos de estos y los de los altos directivos de las empresas. 
 
 
 
La monarquía se las sabe todas para apoyar a los mejores deportistas y seguir chupando cámara. Nos lo demostró en el partido Real Madrid y Atlético de Madrid, disputado en el Estadio Da Luz de Lisboa, en la final de la “Champions League”. Era la primera vez que estos dos equipos madrileños se enfrentaban en la final de este título europeo. Y allá estaban los Reyes para apoyar a los blancos, junto a la alcaldesa Ana Botella, el presidente Rajoy, el ex  presidente José María Aznar quien felicitó al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y otras personalidades políticas de la derecha. Don Juan Carlos manifestó su apoyo al Real Madrid, lo mismo que el príncipe Felipe, desde Madrid, deseaba ardientemente el del Atletic. De esta manera, la monarquía tenía asegurado su triunfo, tanto si vencía el Real Madrid como el Atlético. Lástima que no apliquen esta técnica para apoyar al pueblo a la hora de votar. No será por falta de piezas monárquicas: el rey, la reina, los príncipes y las infantas, aparte de sus incontables nietos, tantos como partidos vencedores. De esta manera, podrían apuntarse a todos los partidos e incluso contar con un miembro para cada celebración.
 

Sócrates, Vicente del Bosque, Oleguer Presas, Ángel Cappa o Cristiano Lucarelli, son algunos ejemplos de deportistas que demuestran que el fútbol no está reñido con tener un compromiso ideológico. A lo largo de veintidós capítulos, Quique Peinado, periodista y autor de “Futbolistas de izquierdas”, ha publicado un libro que reúne los testimonios y vivencias de algunos futbolistas que no se escondieron a la hora de manifestar sus ideales políticos.  Una obra en la que su autor se hace eco de la inclinación política de estos futbolistas y revela las historias, pasiones y conflictos que envuelven a los protagonistas. Peinado, que ha desempeñado su labor en multitud de medios de comunicación y ha escrito un sinfín de publicaciones, cuenta con la participación del presentador, músico y humorista José Miguel Monzón Navarro, más conocido como El Gran Wyoming, y la del economista y diputado de La Izquierda Plural, Alberto Garzón, autores del prólogo y el epílogo del libro.        
 
    Joaquín Lavado, Quino.

En otro orden de cosas, el humor ha sido una de las cualidades más apreciadas por los españoles. Podemos haber perdido el trabajo, la salud, el bienestar, pero pocos son los que estén dispuestos a renunciar definitivamente al humor. Un humor que es premiado cuando es ejercido por personajes como Quino, un filósofo que emplea la viñeta para expresarse y fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, coincidiendo con el cincuentenario de Mafalda, personaje que le dio fama internacional. Quino –su nombre completo es Joaquín Salvador Lavado Tejó y es hijo de emigrantes españoles– nació hace 81 años en Mendoza, ciudad que nada tiene que ver con Buenos Aires. Se matriculó en la Escuela de Bellas Artes, en la sección de dibujo humorístico y, en 1951, se fue a la capital, Buenos Aires, con el afán de vivir de sus publicaciones. Entonces no había revista ni diario que quisiera hacerse cargo de sus dibujos. Años más tarde, la revista Esto es, fue la primera en publicarle una viñeta sin bocadillos. A partir de ahí las publicaciones fueron incontables, siendo todas sus obras traducidas al inglés, francés, italiano, portugués, japonés y al chino. Pronto se dio a conocer con libros como Quinoterapia, Potentes, prepotentes e impotentes, Yo no fui o ¿Quién anda ahí? En el 63, Quino se inventó Mundo Quino y allí sacó el dibujo de una niña de unos seis años llamada Mafalda por encargo de una empresa de publicidad, que decidió no utilizarla. Un año más tarde, el  periódico Primera Plana publicaba la primera viñeta de Mafalda. Luego, otras publicaciones como Siete Días, El Mundo de Argentina e incontables publicaciones del resto de Latinoamérica y, en España, la revista Triunfo. Mafalda representó un imaginario político en el mundo español y latinoamericano porque hablaba de cuestiones políticas dándoles una dimensión universal, un modo de enfocar el mundo con cierto sentido común, con la coherencia que otorga la honestidad. Mafalda estuvo interrogando al mundo hasta 1973, en que, convertida ya en una pesadilla para su autor y padre, la hizo desaparecer hasta el día de hoy, mientras veía en sus viajes por medio mundo, de Milán a Nueva York, cómo la niña se hacía una estrella internacional de la viñeta, del cine y la televisión. Pero Quino no dio su brazo a torcer y no volvió a dibujar a Mafalda. Se dedicó a otros dibujos, a otras maneras de decir lo mismo que con la niña pero de modo ligeramente diferente. Al cabo de los años su esfuerzo por deslindarse de su hija dio resultado y Quino, por fin, adquirió hace pocos años la independencia como creador de su fascinante personaje Mafalda.
 
  Joaquín Lavado, frente a Mafalda.

Mafalda, la principal protagonista  del trabajo creativo de Quino “es inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible, que sueña  con un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos”, dijo el jurado del Príncipe de Asturias. Sus personajes trascienden cualquier geografía, edad y condición social. Su creador fue, el miércoles pasado, galardonado con esta obra que ha sido traducida a más de 30 idiomas y llevada al cine y a la televisión. Su candidatura, propuesta por el catedrático de Geografía y demógrafo, Rafael Puyol, ya había despertado la simpatía de muchos de los 18 miembros del jurado antes de que iniciasen en Oviedo las deliberaciones, bajo la presidencia del director del Instituto Cervantes, Víctor de la Concha. Quino adoptó en 1990 la nacionalidad española y alterna su residencia entre Madrid y Buenos Aires, siendo reconocido como uno de los más destacados humoristas gráficos internacionales. Refleja, en esos dibujos, el mundo de los adultos, visto desde los ojos de un grupo de niños entre los cuales la protagonista es una niña preguntona, preocupada por la paz y los derechos humanos, que odia la sopa y ama a los Beatles. En 1973, Quino dejó de dibujarla, aunque el interés por Mafalda ha seguido vigente hasta la actualidad, con sus libros reimprimiéndose y adaptándose a las nuevas tecnologías, disponibles en formato digital. Tras esa etapa, Quino se entregó a un humor más ácido y negro, destinado en mayor medida a un público adulto y que ha ido recopilando en su colección de libros de humor. El galardón de Comunicación y Humanidades, al que este año optaban veintiuna candidaturas, ha sido concedido, entre otros, a Annie Leibovitz, Shigeru Miyamoto, The Royal Society, los diarios El País, El Espectador y El Tiempo, Luis María Anson, la Agencia Efe, Václav Havel, la CNN, Umberto Eco, George Steiner, Hans Magnus Enzensberger y Ryszard Kapuscinski. Está dotado con una escultura diseñada por Joan Miró –símbolo representativo del galardón–, con 50.000 euros en metálico, un diploma y una insignia.

 
A través de sus dibujos, Quino presenta situaciones surrealistas que hacen reflexionar al lector. Son críticas a la burocracia con guiños que pellizcan. Ingenuidad y humor ácido. Así es el trabajo que realiza desde hace más de cincuenta años “lo único que sé hacer”. El autor de la eterna Mafalda, a la que dejó de dibujar en 1973, tras diez años de intensa relación, publicaba en el 2008 La aventura de comer (Lumen)  y explicaba que dibujaba menos porque “cada vez selecciono más” aunque reconoce que sería “muy difícil” imaginarse a sí mismo sin dibujar. En una de sus viñetas aparecía un parque con absolutamente todo prohibido, desde pasear hasta su propia firma. “No disfrutamos de lo que tenemos y es de eso de lo que trato en el libro. Por el título, hubo gente que pensó que era de recetas de cocina, pero mi intención es sociopolítica o económica porque me fastidia mucho toda esta manipulación que hay con los alimentos en lo que respecta a los transgénicos, hechos como patentar semillas que la gente plantaba…. Al final tenemos que comer no lo que uno quisiera sino lo que nos dan. Es una manera de que te manipulen, de que ejerzan el poder sobre ti, sobre tu libertad”. Quino negaba que fuéramos libres. “Y mucho menos, después del 11 de septiembre. Porque, por ejemplo, a mí me gusta estar en un hotel y tener una botellita de vino en la habitación para tomarme un vasito cuando me voy la cama. Yo, antes, viajaba siempre con mi sacacorchos y ahora es imposible. Y esto, cada vez está peor. En el aeropuerto, te has convertido en un presunto terrorista. Es muy humillante estar con la tarjeta de embarque en la mano, sujetarse los pantalones con la otra, sin zapatos... es una humillación de un cuartel de un país de última”. Para él, ser un ser humano es una enfermedad incurable. “Consiste en que los seres humanos se matan entre ellos y destruyen el planeta. No apreciamos lo que tenemos y nos estamos suicidando. Somos tontos, ni siquiera estamos locos, porque si fuese así, al menos tendríamos más imaginación y seríamos más felices”.
 
 
Umberto Eco calificó a Mafalda de “contestataria”. Quino opina que es un producto de una época en la que había mucha ebullición política y social y mucha esperanza de que el mundo iba a cambiar para mejor. Estaban The Beatles, el Che Guevara, el Mayo del 68... Estábamos todos entusiasmadísimos. Mafalda fue un producto de una época en la que había la esperanza de que el mundo iba a cambiar. Pero el sistema absorbió a la gente, y muchos de aquellos que se implicaron acabaron siendo ejecutivos de multinacionales y cosas así…. Cuando firmo libros ya me aparece la abuela, con la hija y con los nietos. Es que, en esos libros, se muestran cosas que no cambian, como las relaciones familiares. Ahora tenemos más tecnología, pero el comportamiento humano es igual…. La sopa que a Mafalda no le gusta representa toda imposición que nos obligan a aceptar, como eran los militares que tuvimos que tragarnos todos los días, durante tantos años”. En sus dibujos,  hay situaciones surrealistas que hacen reflexionar al lector. Críticas a la burocracia con guiños que pellizcan. Ingenuidad y humor ácido. Así es el trabajo que desde hace más de cincuenta años desarrolla Joaquín Salvador Lavado. Hasta que se cansó de pintar a Mafalda y dejo de hacerlo. “Yo tuve un gran amigo y un gran dibujante que me aconsejó que nunca me metiera con un personaje fijo porque era una esclavitud. Me dijo que, si me metía, el día que un lector tapara el último cuadrito con la mano y ya supiera cómo iba a terminar, debía dejarlo. Y eso fue lo que hice”.                                                               


Medio siglo de inconformismo infantil trufado de certeras frases y un sempiterno odio a la sopa que comenzaron a publicarse en forma de tira cómica a finales de septiembre de 1964 en Primera Plana, una revista semanal argentina. Un año después, y ante el éxito del personaje, Malfada da el salto a El Mundo, una de las cabeceras con más tirón de entonces. El universo de Mafalda se va ampliando con la aparición paulatina de sus amigos Felipe, Susanita, Manolito, Libertad, Miguelito y también de su hermanito Guille y, en 1966, se publica el primer libro recopilatorio de las tiras de Mafalda que es todo un éxito de ventas. A finales de 1967, el diario El Mundo, cierra sus puertas y Mafalda deja de publicarse durante cinco meses. En junio del año siguiente sus aventuras encontrarán acomodo en el semanario Siete Días Ilustrado, donde pasaría sus días hasta que el 25 de junio de 1973, y, por decisión del propio Quino, se publica la última tira de Mafalda. Ocasionalmente, ha retomado su personaje para ilustrar campañas con fines solidarios o educativos. O para ofrecer su mordaz visión de temas de actualidad. Así ocurrió en 2009, cuando Quino envió un dibujo al diario La Repubblica para cargar contra las declaraciones machistas del entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Los orígenes de Mafalda están muy ligados a la gran pantalla. De hecho, el propio Quino reconoció que tomó su nombre de la película argentina “Dar la cara” (1962), un drama basado en la novela homónima de David Viñas, dirigido por José A. Martínez Suárez. El personaje saltó a la pequeña pantalla casi nada más nacer. Fue en 1965, en una serie de animación de 260 episodios, cuando contó con la participación del propio Quino. Una ficción que fue exportada a numerosos países y que ha tenido varias ediciones en DVD, bajo el título de “El mundo de Mafalda”. Tras varios cortometrajes, Mafalda también tuvo su adaptación al cine. Fue en el año 1982, en Mafalda (La película), una cinta de animación dirigida por Carlos D. Marquez y Alberto Cabado. En 1993, llegó el segundo largometraje basado en el personaje dirigido por el cubano Juan Padrón (¡Vampiros en La Habana!, Quinoscopio) colaborador habitual de Quino.

 
El pasado 22 de marzo Mafalda recibía en París la consagración de la Legión de Honor, máxima condecoración francesa, pero su autor Quino aseguraba que, aún cubierta de homenajes, la heroína de su tira cómica seguiría criticando sin piedad, a los 50 años, “la estupidez humana”. Un dibujo mostró a Mafalda con la famosa medalla de la cinta roja creada por Napoleón. “Yo quería ser Picasso –dijo entonces Quino–. Estoy contento del resultado con Mafalda, pero no del todo”. El autor evocó ante cientos de fanáticos, que luego lo ovacionaron de pie, sus principios como dibujante de historietas, hacia 1964, etapa en la que como muchos creadores “uno tiene que soportar que le digan que la tira tiene algunas ideas buenas pero que los dibujos dejan que desear”. “El exilio –dijo Quino, recordando los años en los que tuvo que emigrar, en 1976 – es  algo desgarrador. Otros, los desaparecidos, tuvieron que abandonar este mundo, no sólo la Argentina”.  Hijo de inmigrantes españoles, antifranquistas y anticlericales, y admirador de la revolución cubana, contesta con prudencia a una pregunta del público sobre la situación en Venezuela: “Deseo para Venezuela lo mismo que a todos los países, que vivan en paz y con justicia”. Traducido en el mundo entero, adorado especialmente en América Latina y Europa, sobre todo en los países del sur, Quino no parece tomarse demasiado en serio la fama e ironiza sobre el papel que la sociedad confiere a veces a los humoristas. “En Argentina, es sumamente curioso cómo los periodistas nos llaman para consultarnos sobre los temas más variados, como a sabios, sobre el estado del mundo, o tal o cual guerra”, comenta. Critica incluso a la propia Mafalda: “Sus ideas sobre la injusticia son un poco equivocadas”, comenta. De Miguelito dice que es un personaje muy común: la gente que ama el dinero. “Susanita existe en todas las sociedades”. Y, medio siglo más tarde, Quino en realidad parece estar enamorado de Libertad: “Es un personaje que quiero mucho, con ideas contradictorias, pero muy libres”. Quino cita entre las lecturas que lo marcaron en su juventud al novelista francés Romain Rolland. Pero la fuente permanente de su inspiración es otra: el Antiguo Testamento, inagotable, que lo sigue nutriendo. "Allí está todo: la corrupción, el amor, los celos, todas las actitudes humanas están allí”.
 

 “Hijo de andaluces republicanos emigrados en 1919 a Argentina, Joaquín Lavado (Quino) creció retraído, lacónico y ajeno al bullicio de las calles de su Mendoza natal, mientras oía  las disparatadas diatribas de una abuela comunista cabreada con el mundo que terminaron por adiestrar la imaginación de este viñetista que prefería vivir en sus dibujos que en la realidad. El humor surrealista de Borges y la inventiva de Cortazar completaron la estampa del que más tarde se convertiría en todo un referente del humor gráfico. “Como siempre; apenas uno pone los pies en la tierra se acaba la diversión”, se queja Quino en boca de Mafalda, esa “heroína iracunda”, como le gustaba llamarla a Umberto Eco, primer editor del argentino en Europa. El autor mantuvo una lucha sin cuartel con todo lo que olía a rancio y preestablecido. Su universo atrapa por igual a pequeños y mayores. A los más jóvenes porque les presenta un mundo inteligible e idealista, los adultos, en cambio, ven en él sus propias vergüenzas garabateadas en forma de cinismo e ironía. “¿No es increíble todo lo que puede tener dentro un lápiz?", se preguntaba Guille, el indomable hermano de Mafalda, ante la sufrida mirada de su madre después de garabatear las paredes de su casa con ballenas, castillos, dinosaurios y espadachines.  

Prado Campos recoge en El País una decena de los principios ineludibles de Mafalda:

1. Deja de instalarte en los recuerdos y mira con energía al presente y el futuro, porque lo mejor está por llegar siempre. O como diría Mafalda: “No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta”.

2. “Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo Importante”. Una máxima perfecta para darse cuenta de dónde debes poner tus esfuerzos y tiempo en este mundo hiperconectado y estresado en el que vivimos hoy.

3. La actitud positiva lo es todo, hasta para dar en las narices a los demás: “Comienza el día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo”. Y por si te quedan dudas, otra frase esta vez de Miguelito: “Yo, lo que quiero que me salga bien es la vida”.

4. Eres único. Recuérdalo. “Dicen que el hombre es un animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal”.

5. Eso sí, también hay que ser humildes y sinceros. “Admitir que se está equivocado es el harakiri del orgullo”.

6. No dejes que los demás, la situación económica o la desidia decidan por ti porque… “Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno depende de uno”.

7. ¿Fashion victims? Hasta cierto punto, pero no como para eclipsar lo que eres. “¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”.

8. Conserva y mira de vez en cuando al niño que llevas dentro. No hay que ponerse siempre el bigote. Y ve quemando etapas. “La vida no debería despojarlo a uno de la niñez sin antes darle un buen puesto en la juventud”.

9. ¿Quién dijo crisis de los 40? “La vida empieza a los cuarenta [lee en un periódico]. ¿Y entonces para qué cuernos nos hacen venir con tanta anticipación?”.

10. Sé fiel a tus principios. “A medio mundo le gustan los perros, y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau”, le dice a Manolito cuando éste critica que le gusten los Beatles si ni siquiera entiende lo que dicen.

 
Otras viñetas de Quino:









 
Entre los fotomontajes recogidos esta semana recordamos los siguientes: A ver si así ganan; el ratón moribundo; la figura del padre; el barco que se hunde y el superhéroe del paro.
 





Los dibujos de Erlich:

 
 
 

 
 
Otros dibujantes: Forges, El Roto, Ibáñez, Asier y Javier, Harca, Peridis, Pat, Proyecto animal, J. Morgan, Malagón, Ferrán…
 









 
Recogemos los dibujos de Pep Roig publicados esta semana pasada: ¿Cómo hacer?, Europeando, A por el eurosueldo, Desderechación y Desnortados.
 




 
Terminamos con seis vídeos. El primero sobre la entrevista de Jordi Évole al presidente de Uruguay, José Mujica, en su casa de Montevideo. Un lugar que impresiona al periodista por no ser la típica casa de un dirigente. “La culpa la tienen los otros presidentes, no yo. Lo raro es cómo viven ellos”, asegura Mujica.



El segundo es sobre el humorista gráfico argentino-español, Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como “Quino”, creador de la tira cómica Mafalda, recién galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.



En el tercero, nos sorprende un coro formado por 12 pacientes de cáncer que fueron víctimas del humo del cigarrillo, y que fueron sometidos a una laringectomía. Sorprendieron al público de un auditorio, en Brasil, que esperaba la presentación de un reconocido coro de Sao Paulo.



En el cuarto, escuchamos las delicadas palabras de una niña con su pollito.



El quinto fue grabado en un restaurante, en el que servían sopa con “ mosca”. La gente la miraba con asco, pero no decía nada. Hasta que llegó una última clienta... e hizo ¡lo más natural del mundo!



El ultimo es sobre lo 50 años de Mafalda en 50 viñetas. Es un pequeño homenaje a Quino, flamante Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014


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