martes, 22 de diciembre de 2015

La maldición de la lotería.

 Antonio, el de la lotería.

María Hidalgo escribe en Muimu historias que de verdad importan. Según ella, ‘la maldición de la Lotería’ es ese fenómeno por el que los ganadores conocen el infortunio tan rápido como se topan con la fortuna. Dejar de trabajar es una de las frases más recurrentes entre los que sueñan con ganar un gran premio. Pero, en realidad, pocos lo hacen. El estudio más amplio sobre cómo afecta un boleto premiado a las ganas de trabajar, lo realizaron dos investigadores suecos hace unos años. En Suecia las dos modalidades de lotería oficiales, una gestionada por el partido socialdemócrata, tiene una doble particularidad: por un lado, los premios no están sujetos a impuestos, algo que en España sí sucede desde el año pasado. Además, los ganadores no pueden esconderse, hay que identificarse al comprar el boleto y los nombres de los agraciados se hacen públicos.

Andrew Oswald,  profesor de la universidad británica de Warwick, un apasionado de la lotería, ha estudiado desde el estado de salud de los ganadores hasta cómo afecta una lluvia de libras a su ideología. En un estudio publicado este año, Oswald y  Nattavudh Powdthavee, su colega de la London School of Economics, mostraron la relación que existe entre lotería y sentido del voto. Hasta un 12% de los premiados, que se reconocían laboristas en las siguientes elecciones, votaron por los conservadores. Sin embargo, la tendencia contraria apenas se dio. De hecho, cuanto mayor es el premio, el porcentaje de voto conservador aumenta.

Por supuesto, no todos los ganadores de un premio importante destrozan su vida (más bien todo lo contrario). Quizá, si se hiciera el correspondiente estudio, la tasa de suicidios, depresiones y ruinas económicas y vitales no sea mayor que en el resto de los mortales, a los que, con suerte, les toca el reintegro o la pedrea. Lo llamativo es que la espiral de autodestrucción se inicie cuando cae del cielo una importante cantidad de dinero. Ahí se comprueba cómo el dinero no compra la felicidad. Usando una encuesta oficial que incluye preguntas sobre su estado de salud mental, de nuevo el investigador Oswald y otro colega, observaron el bienestar psicológico de casi 150 individuos antes y después de que fueran premiados en la National Lottery con entre 1.000 y 100.000 libras (entre 1.278 y 127.780 euros). Comprobaron que, comparados con los que no habían ganado, había una mejora de 1,4 puntos en un índice de 10. Otro grupo de investigadores también británicos usaron la misma encuesta, pero esta vez buscaron averiguar si ganar la lotería afectaba tanto a la salud psíquica como física y en qué sentido. Sus resultados parecen paradójicos. Por un lado, confirmaron la mejoría de la salud mental encontrada en el trabajo de Oswald. Pero, por otro, comprobaron que los ganadores tienden a empeorar su estilo de vida. Por ejemplo, vieron una correlación entre ser premiado y empezar a fumar o beber con más asiduidad.

Curiosamente, sólo en España se produce un fenómeno tan masivo como el de la Lotería de Navidad. En estas fechas se juega en grupos. Por ideas básicas de la teoría económica, como la aversión al riesgo o la maximización de los beneficios, los economistas dicen que no deberían de existir los juegos de azar, sin embargo, desde la sociología tienen una explicación. Compras un sueño, una ilusión. Además, está el miedo a que le toque a otros y no a ti, un miedo bien explotado por Loterías y Apuestas del Estado con sus anuncios. “Compras un seguro de que no te vas a arrepentir de una decisión mala. En este caso, un número extra de compradores lo hace por miedo a que le toque a los otros. Pero conviene no olvidar que la lotería es, en realidad, un impuesto y el gancho es el premio. Del total del dinero que recaude este año el Estado por la venta de décimos, el 30% va para Hacienda. Lo peor es que, a diferencia del carácter progresivo (pagan más los que más tienen) del IRPF, el Gordo es un impuesto regresivo. Todos los estudios, en España y fuera de ella, muestran que los compradores de lotería tienden a ser de clase media-baja y nivel de estudios inferiores.

Anuncio de Lotería de Navidad 2014 por José Mota (Un país de cuento)


Antonio, el dueño del bar, y María, la mujer de Manuel, son protagonistas de este cómico Spin off. Tras un año de lujuria, fiestas y alcohol, Antonio visita a la mujer de su amigo para entregarle sus cenizas. Tras ganar la lotería Manuel nunca volvió a su piso y abandonó a su mujer arrastrando al dueño de su bar preferido a un año de vida desenfrenada. Un breve anuncio con el que su director y guionista, Tuti Fernández, ha querido concienciar con humor a los afortunados de este año del peligro del “desparrame”.
  

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