viernes, 4 de diciembre de 2015

La otra cara de Rajoy.

Rajoy, degustando el vino de una bodega manchega.

Escribe “El Ventano” que Mariano Rajoy tiene toda la razón del mundo cuando alega que sus ocupaciones presidenciales le impiden participar en los debates electorales que se organizan durante estos días.  Por esto no fue al debate de El País del lunes pasado.  “Como muestra, esta breve galería de imágenes con el candidato del PP debatiendo de cualquier asunto por toda la geografía española a lo largo del mes de noviembre y parte de diciembre, enfrentándose a auténticos especialistas en cada materia”. Esta es la otra cara de un Rajoy que se ha pasado la mayor parte de la legislatura escondiéndose de los periodistas y, lo que es más grave, del Congreso”. “Un Rajoy –escribe en Kabila RGAlmazán que ha sido capaz de evitar algún debate del Estado de la Nación, de presentarse en plasma, de enviar a otros a dar la cara por sus políticas, y, sin embargo, desde hace un par de meses, ha decidido saludar a la gente, regalar chuches (los chuches diría él) a los chavales, fotografiarse con viejos, comentar partidos de fútbol, llamar a la oposición para, desde su poltrona, acogerles en un pacto antiterrorista guisado y bien guisado, de antemano. Todo menos debatir. En el PP, creen firmemente que perdería votos y ahora se trata de ganar. Está medido, es mejor que no debata a que diga tonterías o que se vea su desfase generacional ante millones de personas”.

Otras fotografías dejan constancia de que Rajoy ha salido de la Moncloa, al menos estas últimas semanas, para acercarse al pueblo. Aunque le conviene para cambiar su imagen, al estilo de los grandes oportunistas de la política y de la imagen. Lástima que sólo sea una vez al año, en época de la campaña electoral.

Jugando con Bertín Osborne una partida de futbolín. 
 Jugando al dominó con un grupo de jubilados en Olmedo (Valladolid)
 Rajoy, con el fútbol de Casillas.
 Rajoy, ocn la música de Bisbal.
Rajoy, en el Larguero. 
 Rajoy, en la COPE, con colleja incluida para su hijo.
 Rajoy, en Olmedo, entre pares eólicos y molinos de viento.

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