domingo, 19 de junio de 2016

En el ecuador de una campaña para unos, deseperada; para otros, esperanzadora.

Mariano Rajoy, Pedro Sánchez Albert Rivera y Pablo Iglesias en el debate.

En la noche del pasado lunes, se pudo ver por televisión el primer y único debate a cuatro del 13-J en el que participó Mariano Rajoy, aguantando el tipo como pudo, Pedro Sánchez desesperado y provocador con Podemos, Albert Rivera, belicoso y agresivo con casi todos, y Pablo Iglesias, prudente y conciliador con el PSOE. Pensé que Rajoy recibiría tantas críticas del resto, que no podría con todos ellos, pero la fractura entre Sánchez e Iglesias difuminó un debate centrado en Rajoy. “Los cuatro candidatos –escribe Diariocrítico– se enrocaron en sus posiciones, intentando profundizar sus críticas Un debate que fue una decepción, con un Rajoy que salió vivo del 'tiroteo' pese a tener tres adversarios, ya que le salió bien su estrategia de no entrar a ninguna provocación y agotar sus turnos en esgrimir el argumentario del PP. Pablo Iglesias se vio también atacado por los 'socios' Sánchez y Rivera, que estuvieron siempre de la mano para ir repartiendo descalificaciones a PP y Podemos”. El Confidencial destaca a dos candidatos con corbata y a dos emergentes. “El encuentro se convertiría en una ‘campaña exprés’ de dos horas y media, y los dirigentes políticos no se salieron ni un ápice del guion previsto. Mariano Rajoy defendió su gestión al frente del Gobierno durante los últimos cuatro años, poniendo en valor los logros económicos, mientras que Pablo Iglesias consumó sus pretensiones. “Solo hay dos opciones –dijo–. Un Gobierno con el Partido Popular o uno en el que estén Unidos Podemos y el Partido Socialista”. Albert Rivera, líder de centro, se abalanzó contra la política “de derogación” de Iglesias, y pidió al presidente en funciones “una reflexión” sobre si “España necesita un nuevo Gobierno, porque, sin autoridad moral ni confianza no podrá haberlo”, afirmó. Y acusó a Pablo Iglesias de tener una “mentalidad inquisitorial”. Iglesias insistió en la necesidad de subir el salario mínimo y garantizar el derecho a la vivienda. Sánchez sacó a colación la precariedad y pobreza causadas a raíz de la reforma laboral del PP, y Rajoy enumeró una retahíla de datos sobre sus políticas de empleo y fiscal con un claro mensaje: “El próximo Gobierno debe conseguir que se creen dos millones de empleos en la nueva legislatura”.

El debate de los cuatro candidatos.

Pero el debate a cuatro careció de debate. “No hubo un solo argumento nuevo –arguye Ignacio Escolar–. Ni ningún momento que vayamos a recordar dentro de una semana”. Lucía Méndez lamenta “el liderazgo débil de Sánchez y que un cierto desdén hacia Podemos haya agravado su pérdida de identidad. “El PSOE no sabe debatir ideológicamente con un partido a su izquierda… Aunque ningún socialista pierde la esperanza de que sus votantes se apiaden del PSOE, no descartan la hipótesis de la tragedia. ¿Y entonces? Entonces los socialistas tendrán dos caminos: favorecer con su abstención un Gobierno del PP o hacer presidente a Pablo Iglesias. Un dilema brutal que vendría acompañado de las tensiones internas por un previsible cambio de líder. ‘Si apoyamos al PP, se hunde el PSOE; si apoyamos a Pablo Iglesias, se hunde el país’, resume un socialista”. El tono empezó a subir cuando Iglesias arremetió contra su rival emergente, recuperando el eslogan de “marca blanca del PP”, al afirmar: “Entre el original y la copia, me quedo con el original”. El secretario general de Podemos se refirió al líder de centro como “escudero” de los conservadores, ataque del que Rivera ni siquiera se defendió. En cambio, Iglesias halagó algunas propuestas de los socialistas, como “el recargo de solidaridad” gracias al cual las grandes fortunas españolas mantendrían las pensiones. Caricias que Sánchez no recibió en ningún caso con agrado y le sirvieron para coger impulso y debutar en su ataque contra el candidato de Unidos Podemos. Un debate, en resumen, carente de chispa y coherencia. El bloque económico sirvió para recitar las principales propuestas de cada programa. Sólo las urnas dirán si la fuerza de UP es irresistible o si el PSOE es inamovible. Pese a  todo, cada uno de los candidatos se retiró, satisfecho y convencido de que su actuación fue la mejor. Pero esto sólo lo sabremos en la noche del 26 –J.

Mariano Rajoy, acompañado por Alberto Núñez Feijóo, Ana Pastor y Alfonso Rueda, en Pontevedra.

Seis meses después de recibir un solemne puñetazo en Pontevedra que le rompiera sus gafas en la pasada campaña, hoy Mariano Rajoy se reivindica a sí mismo: “Estoy en forma y tengo el respaldo de mi partido”.  Su sonrisa es forzada y se nota la tensión. La gente casi no se acerca al candidato del PP, que camina rodeado de los suyos, en una burbuja de escoltas. Realiza el mismo recorrido que hace seis meses, pero en sentido contrario. En una esquina, le espera un grupo con pancartas en las que se lee “persona non grata” y, más adelante, manifestantes por la polémica prórroga durante 60 años de la celulosa montada durante la dictadura junto al mar. Rajoy no está a gusto. “Cuando ya está llegando al teatro donde iba a pronunciar su mitin –escribe Natalia Junquera en El País– empiezan a oírse gritos de ‘¡fuera, fuera!’ y ‘¡corrupto!’. Una señora sale escopetada de su tienda para abrazarle. Le llama con familiaridad, le besa, le agarra por la cintura antes de dejarle marchar. Al final del tenso recorrido, le esperan los simpatizantes con carteles en los que se lee ‘presidente’. Partidarios y detractores miden sus pancartas —rojas unas, azules otras— y el volumen de abucheos frente a los aplausos. Ganan los últimos. Y al candidato del PP le cambia la cara. ‘Ya he recuperado las gafas’, bromea, cuando se sube a la tribuna, curiosamente, en el mismo teatro donde, el pasado febrero, se celebró el pleno municipal que aprobó nombrarle ‘persona non grata’. La moción fue presentada por los socialistas gallegos y la Marea de Pontevedra y contó con el apoyo del partido mayoritario, el BNG, y el rechazo del PP y Ciudadanos”. Su agresor, un chaval de 17 años que le agredió, fue detenido y acaba de ser condenado a dos años de internamiento en régimen cerrado y uno en libertad vigilada por un delito de atentado contra la autoridad. Con todo, Rajoy no ha dejado de repetir que, más que el puñetazo, le dolió la declaración de persona ‘non grata’. Algo que no le han hecho, se queja amargamente, “ni a Hitler ni a Stalin”. Y candidato del PP responde a Albert Rivera: “Florecen por doquier toda suerte de personajes que dan lecciones mañana y tarde. Yo os digo que estoy bien, en forma, preparado para seguir llevando el timón de España durante los próximos cuatro años. Estoy seguro de mí mismo. Sé lo que debo hacer y tengo el respaldo del mayor partido”. 

Rajoy, en el Teatro Principal de Pontevedra.

El candidato que se emociona con las alcachofas acudió a la ciudad donde se criara y donde comenzara su carrera política como concejal, asegurando que el PP “no es una pandilla” y reiterando por enésima vez que debe gobernar la lista más votada. “Lo cierto es que Rajoy –escribe Juan Oliver, en Público–, si se permite el símil, se mostró también como una alcachofa: duro y fibroso, resistente, e inmasticable por fuera, pero jugoso, con chicha, y hasta tierno por dentro. A Rajoy lo quieren en Pontevedra, aunque naciera en Santiago. Abarrotó el Teatro Principal, fácil de llenar porque tiene poco más de 400 plazas, tanto que muchos pontevedreses se quedaron fuera. El presidente en funciones, que por la mañana había entonado el ¡Gibraltar español! en la radio pública para darse luego en Asturias todo un baño de vacas, llegó al Teatro sintiéndose persona grata y, en su discurso, ya lo dijimos, hizo de alcachofa. Empezó duro y amargo (‘Somos un partido correoso y por eso estamos aquí’), con el taco de billar afilado para denunciar las carambolas de Ciudadanos y el PSOE  (‘Que gobierne la lista más votada. Algunos no se han enterado de cómo funciona un sistema democrático’), y defendiendo una gestión que, reconoció, se le había atragantado por las difíciles decisiones que, según afirms, tuvo que tomar. ‘¡Te queremos, presidente!’ le gritan los suyos a medida que se quits lascas y muestra ese lado humano, de corazón de alcachofa: ‘Quiero deciros que estoy bien, que me siento con fuerzas, que estoy preparado para gobernar España otros cuatro años, y que tengo el respaldo del mejor partido, del más grande’. Naranjas contra alcachofas, sí. Rajoy se va desnudando hoja a hoja, cocina en casa y sabe que Galicia es una huerta abonada para su formación, en la que Rivera lo tiene crudo. El catalán obtuvo, en diciembre en esta comunidad, un 9% pelado de votos, casi cinco puntos menos que su media nacional, y sólo un escaño, por A Coruña. Así, las 50.000 papeletas que Ciudadanos cosechó en la provincia de Pontevedra –apenas 5.000 en la capital– le vendrían como agua de junio al PP para recolectar, quizá, un diputado más el día 26 a costa de En Marea”.


Paula Díaz dice que a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, le ha costado 10 años llegar a pisar el Congreso. El camaleón, que sueña con permanecer en primera división, se vende como  el único capaz de mudar su piel para llegar a acuerdos a uno y a otro lado de la Cámara, pelea por mantener su cuarto puesto y seguir en el pódium político español. “Ha mejorado sus intervenciones en los debates, en los que había decepcionado con anterioridad, teniendo en cuenta que fue campeón de la materia en sus años universitarios. Ha cambiado también su frialdad con la militancia –a la que no suele acercarse y le afea en los mítines que interrumpa su discurso– por el acercamiento a la calle. Ha modificado la nueva política de hacer campaña en las redes y cadenas de televisión –que aún mantiene– con la vieja: ahora baja a la calle, pasea con los vecinos y hasta juega al dominó con los jubilados. Otro cambio de piel que, sin embargo, no busca camuflarse en el olvido, sino hacerse visible entre quienes lideran los sondeos. Rivera quiere arañar votos aquí y allá, a izquierda y a derecha. Y, para él, nada, a excepción de su antiindependentismo, es blanco o negro. ¿El café? Lo pide con leche templada. Ni frío ni calor”. 

       El candidato de Ciudadanos a la presidencia del Gobierno, Alberto Rivera, con unos simpatizantes.

En sus últimas manifestaciones lo han dejado claro: “No queremos que Rajoy siga gobernando”. Asegura que su partido ni apoyará ni se abstendrá para facilitar su investidura. “España –declara en El Periódico en Barcelona– vive un fin de ciclo en el que tiene que haber un nuevo entrenador. España necesita un Gobierno con las manos limpias o del que no caiga sobre sí la sospecha de corrupción. Yo quiero un presidente del Gobierno a quien nadie le chantajee”. Rivera también habla de pactos de Gobierno porque, tras los resultados del 26-J, “España no se puede permitir unas terceras elecciones”. Por ello,  pide a los tres candidatos a la Presidencia que se sumen a “dar un paso atrás, antes de convocar nuevas elecciones” y adelanta que su partido va a proponer un “pacto antisillones” en el que los líderes políticos se comprometan a facilitar un acuerdo de Gobierno, y “no anteponer las sillas a las personas”. El candidato a la Moncloa se ha vuelto a atribuir el papel de facilitador de una “gran coalición” con PP y PSOE para evitar que “el populismo siga creciendo”. “Si PP y PSOE están dispuestos a cambiar, C's se sentará en la mesa”, ha señalado. Pese a ello, critica a su anterior socio en el pacto de gobernabilidad, el Partido Socialista, por no ser claro con la ciudadanía española sobre su estrategia de pactos. “No sabemos si tiende la mano a Pablo Iglesias, como lo hace en varios ayuntamientos como el de Ada Colau, o lo hará a Ciudadanos”. Albert Rivera defiende que el “centro político” tiene cabida el próximo 26-J en Catalunya y asegura que “la ruptura no es el camino, sino la reforma conjunta”. Defiende que “Catalunya sueña con modernizar España” ya que “saldría beneficiada del cambio político que necesita el país”. Insiste en que, el próximo 26-J, el “centro político también tiene cabida en Catalunya” y asegura: “Voy a darlo todo para que el futuro Gobierno escuche a Catalunya y sepa decir que la ruptura no es el camino, sino la reforma conjunta”. Incide en la necesidad de que Ciudadanos sea “un revulsivo” a la vieja política PP-PSOE y al “populismo”. “Frente al rupturismo y al inmovilismo, ofrezco la alternativa constructiva”. Al lado de la captación del “voto indignado” que Rivera achaca a Podemos, el candidato considera: “Hay que indignarse, pero hay que saber superarse. Hay que renovar el proyecto español e impulsar una nueva política”. Sus referencias al “populismo” son constantes, comparando a Podemos con los extremismos xenófonos de Le Pen o Trump, con el objetivo de atribuirse el protagonismo del cambio y la “regeneración política”. Y  afirma, covendido: “El 'populismo' no es la solución, a veces el cambio es a peor”.

      El candidato de Unidos Podemos, Pablo Iglesias en el centro, en el Parc de Sa Riera, de Palma de Mallorca.

Iglesias –recuerda Ana Pardo de Vera, en Público– reivindica a Unidos Podemos como “los defensores del sistema”. En un mitin, el candidato de la coalición rechaza a los “antisistema que han hecho de las instituciones su cortijo” y apelando a la “patria” que garantiza la igualdad de las mujeres y la educación y sanidad públicas. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Irene Montero, Ada Colau, Mónica Oltra y Xavi Domènech se reunieron el jueves en Palma de Mallorca. Todos acompañaron al candidato por Illes Balears, el juez Juan Pedro Yllanes, y al resto de la nutrida representación de Units Podem Més. La crítica al PP y a quienes se dicen “patriotas”, pese a sus cuentas en paraísos fiscales, evadiendo el pago de impuestos y a haber hecho de las instituciones “su cortijo”, centra buena parte de la intervención de Iglesias. En las próximas elecciones, pretenden disputar el liderazgo político al PP balear en las Illes. Iglesias advierte a los cerca de 4.000 asistentes concentrados en el Parc de Sa Riera de Palma, contra aquéllos que califican a Unidos Podemos de partido “antisistema”, cuando, en realidad, “antisistema son los que han hecho de las instituciones su cortijo”.  Dicen que, en las Illes Balears, el PP es donde ha alcanzado sus mayores cotas de corrupción, junto a la Comunitat Valenciana y la madrileña. De hecho, Jaume Matas, exministro de José María Aznar y expresidente balear, está inmerso en la práctica mayoría de casos judiciales sobre corrupción que tienen su epicentro en las Illes. “Nosotros -ensalza Iglesias- somos los defensores del sistema”, cuando éste es un sistema de igualdad, de sanidad y de educación públicas. Pese a apoyar Mes al Govern de Francina Armengol en Baleares, apenas hay referencias al PSOE. Sí las hay, en cambio, para el trabajador muerto en una empresa del exministro del PP, Abel Matutes, “todopoderoso representante del negocio turístico balear junto a su familia”. Y las hay en boca de Colau, a la diputada laborista asesinada este jueves en Reino Unidos; a las víctimas de Orlando, o a los refugiados repudiados en nuestro país y en la Unión Europea en general.

Pedro Sánchez, candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno.

Enric Juliana escribe, en La Vanguardia, sobre la posición del PSOE en el artículo “Salvar al soldado PSOE”. “A principios de junio, pocos días antes de comenzar la campaña, José María Aznar recomendó al PP no tensar demasiado las elecciones del 26 de junio. Lo dijo a modo de admonición, con el tono que le caracteriza, durante la clausura de un máster en Madrid: ‘Es necesario abandonar de inmediato cualquier tentación de polarizar’. Aznar aconsejó crear las condiciones para un gran pacto constitucionalista entre el Partido Popular, el PSOE y Ciudadanos, con dos recetas. Primera: ‘Retomar de inmediato y con el máximo empeño todas las tareas destinadas a vincular, acercar, consensuar, ayudar, incluir, confiar y acordar’. Segunda: ‘Contribuir al acuerdo con los sacrificios personales que hagan falta’. Esta última idea fue la que más llamó la atención. Tiene morbo. Aznar le pide a Rajoy que vaya pensando en quitarse de en medio. Las relaciones entre ambos, como se sabe, son muy cordiales”. Juliana recuerda al gran profesional de la polarización política, el hombre que introdujo en España las técnicas de combate teorizadas por los neoconservadores norteamericanos a finales de los años noventa, el dirigente político que cometió el tremendo error de enfrentar a la opinión pública inmediatamente después de los terribles atentados de Madrid en marzo del 2004, pidiendo calma a los suyos, reclamando una campaña tranquila. 

 José María Aznar deja un mensaje sobre el PSOE y Podemos.

“Hay que leer siempre con atención a Aznar –prosigue Juliana–. Mucha gente no le soporta, no ha sabido evitar la constante caricaturización de su figura, la inteligencia emocional no es su punto fuerte, pero sabe de política. Es el fundador de la moderna derecha política española. ¿Por qué motivo Aznar recomienda a su partido no extremar la polarización con Podemos? Pueden apuntarse tres razones. El temor a un fuerte adelanto electoral de Podemos con gasolina marca PP. Crear las condiciones para un pacto de amplia base que deje extramuros a Podemos y a los independentistas catalanes. Evitar una caída excesiva del PSOE, que haría muy difícil alcanzar acuerdos con los socialistas a corto plazo. Un PSOE en tercera posición, humillado en las urnas y desorientado por el sorpasso de Unidos Podemos, podría entrar en colapso, mortalmente dividido entre los partidarios del pacto de izquierdas y los defensores de una ‘política de responsabilidad’, acorde con Bruselas (línea que podría verse reforzada por el triunfo del Brexit en el referéndum del 23 de junio). ‘Hemos de derrotar al PSOE, pero que no se nos quede en las manos, porque lo vamos a necesitar’. Ese era el mensaje de Aznar. Con el debate a cuatro aún caliente, el economista liberal Lorenzo Bernaldo de Quirós, efectuaba ayer esta reflexión en Twitter: ‘Película del mes: ‘Salvar al soldado PSOE’. Common Sense Productions (...) Con sus defectos y sus virtudes, los socialistas han sido una pieza clave en el indudable éxito de la España democrática. Que no se suiciden”. Durante el debate a cuatro, Rajoy evitó el enfrentamiento directo con Iglesias, al que apenas mencionó por su nombre. Despreció todo lo que pudo a Pedro Sánchez –no le soporta–, pero evitó la polarización con Podemos. Resta por saber si lo hizo siguiendo el consejo de Aznar –cosa improbable–, o por un mero planteamiento táctico del debate televisado. En los próximos días veremos si el PP pretende enfriar la recta final de la campaña.

Manolo Monereo: Pedro Sánchez, adiós a la alternancia.

Ateo, cristiano a su manera, comunista y del Real Madrid, Manolo Monereo, ex-dirigente de IU y del PCE, es un andaluz de Jaén que vive en Madrid. Es, además, amigo personal de Pablo Iglesias, quien le reconoce como “padre político”, y concurrirá como candidato por Unidos Podemos en la provincia de Córdoba. En Cuarto Poder, publica un interesante artículo: “Salen encuestas muy favorables a Unidos Podemos que demuestran que hay una tendencia de fondo favorable a una convergencia electoral que sintoniza con una parte muy importante de la población. Pero, insisto en que hay que ser prudentes porque se ha perdido, en los últimos tiempos, la objetividad que cabe exigir a muchas encuestas demoscópicas. Con demasiada frecuencia hemos observado groseras manipulaciones de los datos, análisis chatos y sesgados y una coincidencia asombrosa entre editoriales de los periódicos y las encuestas realizadas por empresas al servicio de los mismos. Las empresas demoscópicas son, cada vez más, actores decisivos del campo de lo político e influyen poderosamente en los resultados electorales, mucho más de lo que generalmente se cree. Ahora toca subida de Unidos Podemos, como antes fueron las bajadas espectaculares de Podemos. Tomamos nota, pero se pueden acentuar los sesgos de las mismas para llamar al voto de los indecisos y favorecer, paradójicamente, a fuerzas que parecen perdedoras, según determinados resultados. Tan viejo como el mundo de las predicciones electorales... El PP ha seguido una estrategia clara. Se sabe aislado y sin capacidad de alianzas y apostó, desde el primer momento, por la repetición de las elecciones. El partido de Pedro Sánchez hizo algo inesperado, según su propia campaña electoral, pactar con Ciudadanos, la nueva derecha emergente, y, desde una propuesta de ‘neoliberalismo compasivo’, ofrecer un contrato de adhesión a Podemos. Ciudadanos cumplió el papel asignado por sus fundadores, los poderes económicos: neutralizar políticamente al PSOE para favorecer un gobierno de coalición sin Mariano Rajoy. 


“Detrás de estos movimientos –prosigue Monereo– lo que había era una estrategia clara en la que coincidían Rivera y Sánchez: aislar a Podemos, demoler la figura de Pablo Iglesias, romper su partido y erosionar significativamente su base electoral. Desde el primer momento, Podemos e IU se dieron cuenta de que estaban ante un juego de estrategias y fueron directamente al núcleo central, es decir, ofrecer un modelo de pacto ya existente y con éxito, el valenciano. No sin dificultades y sufriendo un acoso político mediático de enormes dimensiones. Al final y contra todo pronóstico, ante la opinión pública, el PSOE es percibido como el culpable de que se repitan las elecciones. Para decirlo de otro modo, para las próximas elecciones ya sabemos lo que van a hacer las fuerzas políticas con nuestros votos, para quién van a gobernar, cuál es su programa real y cuál es su discurso verdadero más allá de la propaganda electoral. No es poco y, por eso, los que mandan y no se presentan a las elecciones comienzan a mostrar señales de alarma. Por lo pronto, Sánchez afronta esta campaña electoral renunciando no sólo a ser alternativa, sino a ser alternancia. El giro es colosal e inédito en nuestra reciente democracia. Que Sánchez no era alternativa lo hemos sabido desde siempre: no tiene una propuesta más allá del neoliberalismo dominante y está preso de su alianza con los poderes fuertes que dominan nuestro país. Ahora da un salto más, renuncia a ser alternancia. Lo único que le preocupa a la dirección del PSOE, es decir, a los barones y a la baronesa andaluza, es derrotar a Unidos Podemos, cueste lo que cueste. Futbolísticamente hablando, renuncian a ganar la liga y únicamente aspiran a ser segundos. Ciudadanos, a lo suyo, gobernar cueste lo que cueste y garantizar el poder de los que mandan y no se presentan a las elecciones… El PP ha ganado la partida en la derecha y, tanto Rivera como Sánchez, han tomado nota y se prestan, desde ya, uno —el líder de Ciudadanos— a gobernar con él, y el otro —el líder del PSOE— a dejarlos gobernar aunque sea absteniéndose en el último momento”. 


“La conclusión parece evidente: el debate real es entre coalición de las derechas, apoyadas indirectamente por el PSOE. o la alternativa democrática que representa Unidos Podemos. Los hombres y mujeres del país ya lo saben porque han vivido la experiencia de estos meses y conocen la verdad del comportamiento de las fuerzas políticas más allá de la propaganda electoral. Exigimos nuestro derecho soberano a decidir y a elegir entre una coalición de derechas ampliada, que nos lleva directamente a la austeridad y a los recortes sociales, y la alternativa democrática de los que nos unimos para el cambio del modelo económico, político y social”.


“El miedo al sorpasso –escribe José Luis Reina en El Periscopi–, palabro italiano muy de moda en boca de nuestros políticos, está siendo el verdadero eje vertebrador de la campaña de todos los partidos en esta segunda vuelta electoral. En términos electorales, sorpasso se traduce por adelantamiento o, lo que es lo mismo, conseguir más votos que tu rival para poder comértelo por los pies sin necesidad de manteles. Dada la cacofonía y nuestra particular idiosincrasia cainita, traducirlo por zarpazo queda igual de bien. Así, Unidos Podemos y Confluencias aspiran a darle con la zarpa al PP y mandarlo a un rincón para que quede retratado para la eternidad y pueda expiar tranquilamente sus infinitos pecados. Ninguno venial. Los del PSOE van con dodotis, dado que todas las encuestas anticipan la pérdida de su hegemonía como partido de izquierdas, aunque su verdadero problema vendrá después, cuando tenga que decidirse entre Pinto o Valdemoro con el riesgo añadido de caerse al río y acabar como sus primos del PASOK, que ahora, tras remontar en las elecciones de 2015, están en un glorioso 6,3% de los votos. Y Rivera, ese producto transgénico gestado a base de células madre de Suarez y el Marqués de Estella, que siempre que escupe el hombre lo hace a barlovento, con el resultado previsible de recibir el salivazo en su propia frente. Cuidadanos nació para contener a Podemos y ha acabado siendo el problema de la derecha por la derrama de votos que le son ahora tan necesarios al PP. Algunos de los del IBEX se estarán tirando de los pelos del peluquín. Y nosotros pensando que el oso pardo se había extinguido de la península. En fin, que la cosa está que arde. Si no, que se lo pregunten a la Sultana”.


Marano Rajoy, el interino presidente del Gobierno, sigue siendo el personaje más apropiado para los fotomontajes del momento. Hoy vemos a Rajoy y sus campañas, Rajoy y las alcachofas, su nuevo equipo del Gobierno, Rajoy y las vacas, Rajoy y su televisión plasma, chupando un helado en plena carrera, Rajoy y la naturaleza misma, los preparativos para el debate a cuatro y Jura de bandera por F. Saldaña.  










Dibujante manco, escritor analfabeto, bohemio a tiempo parcial, gañán a tiempo completo, Parrilla muestra hoy sus dibujos encontrados en la web  Parrillayelmundo/timeline


Dibujante manco, escritor analfabeto, bohemio a tiempo parcial, gañán a tiempo completo, Parrilla muestra hoy sus dibujos encontrados en la web  Parrillayelmundo/timeline 






El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Forges, J. R. Mora, Vergara, A. López, Malagón, Eneko, Nef (O Brasil da Copa), Pat, Polo…






















Pep Roig, desde Mallorca: Ya lo dijo Cesc (dibujante y pintor catalán, fallecido en 2006, en Barcelona), Piquepitorreadores, !arrepentíos!; Las pasiones electorales, los líos y las pasiones de Rajoy.






Terminamos hoy con cuatro vídeos. El primero, sobre el candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, durante un mitin en Pontevedra. Rajoy: “Estoy preparado para seguir llevando el timón de España durante los próximos cuatro años” partidopopular. partidopopular
 En el Segundo, Pablo Iglesias habla sobre sillones. Unidos Podemos ~ Hablemos de Sillones Vídeo Campaña 26-J KANIEL
 
Dos años de la coronación del Rey Felipe VI: Jaime Peñafiel
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