sábado, 15 de abril de 2017

Ion Arretxe.


El escritor y director artístico Ion Arretxe (Rentería, 1964) fallecía el viernes, 24 de marzo, a los 52 años en el Hospital Donostia de San Sebastián, tras haberle detectado un cáncer de pulmón. En 1985, Arretxe fue detenido junto a Mikel Zabalza y plasmó su experiencia en un libro, “Intxaurrondo: la sombra del nogal”, en el que contó que había sido torturado. El escritor ha sido guionista de “Grouñidos en el desierto”, tiras cómicas publicadas en la revista satírica El Jueves. Vivía en Madrid junto a su mujer y sus cinco hijas.

A mediados de los ochenta, Arretxe estudiaba bellas artes en Bilbao y formaba parte de diversos movimientos sociales. La noche del 26 de noviembre de 1985 la Guardia Civil le detuvo en su casa en Rentería, acusado de pertenecer a un comando de ETA, y le aplicaron la ley antiterrorista. “Tras una adorable cara de bruto de la que podías imaginar cualquier cosa –escribe Carlos Olalla en LQSomos– vivía ese hombre de una sensibilidad y una generosidad exquisitas. Fue director de arte, humorista, escritor, actor… Su sentido del humor era legendario, siempre estaba alegre, dispuesto a escucharte y echarse unas risas contigo… A los 21 años había vivido una de las experiencias más duras y aterradoras que una persona puede vivir: la tortura. Su ideología abertzale y su compromiso político le llevaron a que la Guardia Civil le detuviera en su casa, acusándole de pertenecer a ETA. Le metieron en plena noche en un coche. Le taparon la cabeza y empezaron a darle golpes y a insultarle… Le sorprendió que le pusieran una bolsa de basura por la cabeza y otra por los pies y que rodearan su cuerpo con cinta adhesiva. Sintió como, entre varios, le levantaban y le llevaban hacia un río. Y le sumergieron tantas veces como quisieron para hacerle ‘hablar’. Pero Ion no hablaba porque no tenía nada que ver con ETA y no podía darles ninguna de las informaciones que esperaban. Hasta que oyó a uno de los guardias civiles gritar: ‘Basta, que este se nos va’. Tras otra tanda de golpes le metieron en el coche y, esta vez sí, le llevaron a Intxaurrondo donde siguieron torturándole”.

La tortura continuó durante tres días. Escuchar a Ion relatar su encuentro con el general Rodríguez Galindo, máximo responsable de la lucha contra ETA, es estremecedor. Pasados tres días le trasladaron a Madrid, a las dependencias que la Guardia Civil tiene en Guzmán el Bueno hasta cumplir el plazo de diez días de incomunicación de los detenidos que marcaba la ley antiterrorista. Conscientes de que se habían equivocado y de que Ion no tenía nada que ver con ETA, siete días más tarde, le trasladaron a la cárcel de Carabanchel.  Allí los presos le preguntaron qué había ocurrido con Mikel Zabaltza, detenido el mismo día que y unas semanas después le soltaron libre de cargos. 

De nada le sirvió presentar una denuncia por torturas. Los jueces no la admitieron por falta de pruebas. Los días pasados en Carabanchel y la depurada técnica con la que se emplearon quienes le torturaron borraron toda huella de tortura. Eso, unido al testimonio de los guardias civiles y a la práctica sistemática de negar la tortura para no investigarla que se ha seguido en este país durante décadas, pese a las reiteradas advertencias internacionales en contra de organismos como la propia Naciones Unidas o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, hizo que el caso de Ion nunca llegase a ser juzgado… Unas semanas antes de que un malnacido cáncer de pulmón le matase iba a intervenir en un acto por la paz en Madrid. No pudo hacerlo. Aquel día le habían ingresado en el hospital en donde, poco después, moría”. A raíz de la detención de Fernández Aceña, entrevistamos a Ion Arretxe, que con 21 años fue víctima de torturas en el cuartel de Intxaurrondo. Habla de lo que allí sufrió y del caso Mikel Zabalza 'Intxaurrondo se concibió únicamente para torturar'. 

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