miércoles, 3 de enero de 2018

Más de 27.000 inmigrantes llegaron a España el año pasado, el doble que en 2016.

La masiva entrada de inmigrantes ilegales desbordó todos los medios de que dispone el Ayuntamiento de Cartagena, cuya alcaldesa se ha limitado a protestar por la falta de coordinación con la Delegación de Gobierno

Oleadas de pateras llegaron a las costas españolas durante el 2017, rememorando la crisis de los cayucos de 2006.  Más de 21.468 consiguieron llegar a España tras una travesía en cayuco y otros 5.473 lo hicieron a través de fronteras terrestres. Según los últimos datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), hasta el 20 diciembre, 26.941 inmigrantes arribaron a territorio español, frente a los 13.246 de 2016.

Pese a ese aumento en las cifras, las llegadas a España quedan lejos de las que registran otros países del sur de Europa. En Italia, entraron a través de las costas 118.914 inmigrantes (181.436 en 2016) y acumula desde 2015 la cifra de 453.288 llegadas. Grecia, con una cifra acumulada que supera el millón de llegadas en dos años (1.066.891), registró este año casi 34.000 llegadas, frente a las 176.900 de 2016.

Una ola creciente pese al frío de la estación invernal que no ha frenado su número creciente, contabilizando fines de semana con más de 600 personas rescatadas. Expertos en el rescate de migrantes atribuyen este aumento a la buena climatología que se prolongó hasta bien avanzado el año y las redadas de la Gendarmería marroquí en los entornos de las fronteras de Ceuta y Melilla. Pero, lejos de acoger a un número determinado de inmigrantes, el Gobierno “dejaba tirados” el pasado mes de noviembre a 50 inmigrantes llegados en patera a las costas de Cartagena. El Ayuntamiento denunció que los trasladó a la capital desde Motril en autobús y luego los abandonó en la estación, “sin recursos y sin teléfonos”, tras haber pasado a disposición policial después de su desembarco.

La decisión del Gobierno de ubicar en la cárcel de Archidona (Málaga), aún sin funcionar, a la mayoría de los 519 inmigrantes llegados a Murcia enervó a todos ellos, dado que la ley de extranjería señala expresamente la imposibilidad de aplicar régimen carcelario a los migrantes. Interior defiende su propuesta porque “el sistema ha colapsado, y en lugar de campamentos que pudiéramos montar hemos optado por que esas personas estén en un sitio con calefacción y duchas”, según explicó el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

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